Una aventura sin prórroga
El Sevilla mira de reojo a una Supercopa de Europa que tiene como novedad la ausencia del tiempo extra. La incertidumbre vigila a Bono, el especialista en penaltis.
El Sevilla jugará el próximo 16 de agosto la Supercopa de Europa ante el Manchester City y en esa final habrá una particularidad respecto al pasado: la UEFA anunció que no habrá prórroga si el duelo termina en empate tras los 90 minutos reglamentarios. En Nervión ya miran de reojo a la cita de Atenas pese a que resta mucha pretemporada por delante a la hora de definir su equipo y exponer qué argumentos tendrá para medirse al conjunto de Pep Guardiola. En cualquier caso, ese aspecto novedoso no resulta un dato cualquiera y José Luis Mendilibar lo tendrá sin duda en cuenta a la hora de preparar ese choque.
La mente de muchos aficionados se coloca en Bono. Sin una prórroga, las opciones de una tanda de penaltis aumentan y el marroquí demostró ser una figura diferencial en esos momentos de tensión. Fue el héroe del último título de la Europa League en la tanda ante la Roma y también destacó de forma propia en el pasado Mundial de Qatar deteniendo penas máximas ante España. Toda una garantía que quizás no esté en escena esta vez: el jugador cuenta con ofrecimientos crecientes de Arabia Saudí y su futuro está en el aire. Todo un cúmulo de incertezas si el Sevilla decide mirar a esa cita de Atenas de mediados de agosto.
“Si el resultado es empate al final del tiempo reglamentario, no se jugará tiempo extra al final del partido. Una tanda de penaltis determina el ganador”. Así lo explicó la UEFA en su reglamento de cara a esa final que ilusiona al sevillismo y a un Mendilibar que pretende seguir haciendo historia en los próximos meses. Hay que recordar que la prórroga no ayudó precisamente al Sevilla en sus últimas apariciones en la Supercopa europea. Perdió sus tres últimas finales de la competición en ese tiempo extra, siendo castigado ante el Barcelona (2015), el Real Madrid (2016) y el Bayern de Múnich (2020).