Un ‘remake’ en las redes
El primer tramo liguero en la portería del Espanyol, con 14 goles recibidos y nueve anotados en siete jornadas, y un cambio abrupto en la titularidad, es un calco del debut de Sánchez Flores.
La película de terror en que se ha convertido desde la portería el arranque del Espanyol en esta Liga ya la han visto los aficionados pericos. Cuenta con nuevos actores, pero la trama y el escenario son los mismos, así que se trata de un ‘remake’. Concretamente, de lo vivido hace seis años, la última vez que el conjunto blanquiazul superó la séptima jornada habiendo recibido 14 goles. Incluso habiendo anotado nueve, como ahora.
El director de aquella película no era Diego Martínez sino Quique Sánchez Flores, quien también se estrenaba aquella temporada 2016-17 en el banquillo del Espanyol. Y, como entonces, también firmó a un guardameta en la pretemporada, Roberto Jiménez como este verano Benjamin Lecomte, que comenzó como titular y cuyos errores en las primeras jornadas apremiaron a fichar a otro cancerbero, Diego López, ahora interpretado por Álvaro Fernández, en las últimas horas del mercado.
El resultado fueron esos 14 tantos recibidos no ya en las siete primeras jornadas, sino en seis, a razón de un promedio de 2,33 por partido. Tanto, que se cuestionó la figura de Quique. Pero Diego, que venía del extranjero, demostró su enorme potencial y en las siguientes nueve jornadas tan solo recibió cuatro dianas, es decir, solo 0,44 por encuentro.
Y no solo eso, sino que pulverizó el gallego el récord histórico de imbatibilidad del Espanyol en Primera, al marcarse la friolera de 586 minutos con la portería a cero, entre la décima jornada ante el Betis y la decimoquinta, frente al Sporting de Gijón.
Aquella película, que a estas alturas del argumento tenía al Espanyol decimoctavo, en descenso, con seis puntos (uno más que en la actualidad), tuvo un desenlace feliz tipo Hollywood, bastante insospechado, ya que terminó el Espanyol octavo, con 56 puntos. Con 49 goles anotados y 50 recibidos (1,16 por partido), y con Diego López, que estaba cedido por el Milan, fichando el siguiente verano y convirtiéndose, a la larga, en una leyenda perica.