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Barcelona

Un recorte con nuevos ‘polis malos’

El Barça trabaja para adelgazar 60M€ los salarios de la primera plantilla hasta junio con Mateu Alemany de salida. Ferran Olivé, tesorero, y Franc Carbó, director del área de gestión, cogen protagonismo.

BARCELONA, SPAIN - JULY 22: Mateu Alemany attends the media during the Memphis Depay unveiling press conference at Camp Nou on July 22, 2021 in Barcelona, Spain. (Photo by Pedro Salado/Quality Sport Images/Getty Images)
Quality Sport ImagesGetty Images

Dentro de su plan de viabilidad de dos años, que incluye un recorte de 200 millones de euros, el Barça vuelve a estar obligado a adelgazar este verano su masa salarial en torno a los 60 millones de euros. Eso incluye una negociación dura con las vacas sagradas. Además de los Alba y Busquets, siempre señalados, hay pesos pesados como Frenkie de Jong, Ter Stegen, Koundé o el mismo Lewandowski a los que se les pedirá hacer un esfuerzo. De hecho, el polaco ya se difirió sueldo a principio de curso para ayudar a las inscripciones para hacer un guiño a Laporta, muy amigo de su agente, Pini Zahavi. Si no se marchan, Ansu o Ferran, que están en el top-10 de mejor pagados, también serían invitados a bajar su sueldo.

El asunto es que el Barça se quedará el 1 de julio sin el interlocutor que ha tenido hasta ahora para este tipo de asuntos. De hecho, a efectos reales ya casi lo está porque Mateu Alemany ha anunciado su adiós, que será rumbo al Aston Villa. Y aunque el comunicado del club habla de un ejecutivo que trabajará hasta el 30 de junio, el relevo ya ha empezado. Y advirtiendo que Mateu era algo más que un director de fútbol y que en el club estaba considerado como el CEO en facto del Barça, dos nombres tomarán más peso a partir de ahora.

Uno es Franc Carbó, que trabaja en el Barça desde 2011 y que fue director de la FCB Escola hasta que, en 2017, pasó a ser el director del área de gestión. Es de los pocos que no cayeron a la entrada de Joan Laporta. Experto en la redacción de contratos y normativas, ganará importancia porque Deco, próximo director de fútbol, no está familiarizado con la normativa.

El otro es Ferran Olivé. Tesorero del Barça, es quien tiene ahora mismo el control económico del club en la cabeza. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona, es el presidente de Hestia Alliance, grupo de asistencia socio-sanitaria y salud mental con 14 residencias repartidas por toda España. Pieza importante en la búsqueda de avales junto a Eduard Romeu, Olivé ganó peso en la estructura comercial del club después de la marcha de Ferran Reverter y podría decirse que ahora será el ‘poli malo’ que deberá invitar a los jugadores a aceptar recortes que permita que el club pueda inscribir este verano a Gavi, Araújo, Marcos o Sergi Roberto, renovar a Balde o, quién sabe, si fichar a Messi.