Un ‘plan C’ para apuntalar la cantera
El renacimiento del Real Madrid C reforzará la transición hacia el Castilla de los jugadores que finalizan su etapa como juveniles.
La estructura de La Fábrica se reforzará esta temporada con la recuperación del Real Madrid C, que volverá a competir tras la disolución del equipo en 2015. El club blanco volverá a tener un segundo filial gracias al acuerdo alcanzado con el RSC Internacional, que esta temporada competirá en Tercera RFEF manteniendo su identidad pero con un acuerdo de filialidad con el Madrid. La temporada siguiente el equipo se integrará plenamente en la estructura del club blanco, una vez la Asamblea de Socios dé su aprobación a la absorción del club. Esa relación de filialidad permitirá a los futbolistas del RSC jugar en el Castilla si Raúl
La decisión de recuperar el Madrid C está orientada a disminuir la brecha en el salto al Castilla que dan los canteranos al finalizar su etapa de Juveniles. En su día, el club prescindió del segundo filial para simplificar la estructura de la cantera y al entender que la vieja Tercera División no ofrecía un nivel competitivo adecuado para la formación y el crecimiento de esos jóvenes. También influyó la solvencia con la que el Madrid C, con jugadores que saltaron al equipo recién finalizada su etapa juvenil, se desempeñó en sus dos temporadas en Segunda B (quinto y noveno clasificado) durante el último paso del Castilla por Segunda.
La restructuración de las categorías no profesionales ha abierto un nuevo panorama. La Primera RFEF, nueva división de bronce del fútbol español desde la temporada pasada, ha aumentado el nivel que había en la antigua Segunda B. La calidad que antes se repartía entre 80 equipos, ahora se concentrada en 40. Aunque el Villarreal B logró el ascenso, tres de los ocho filiales que compitieron en Primera RFEF perdieron la categoría (Valladolid Promesas, Sevilla Atlético y Betis Deportivo). Y de los diez equipos que han subido de Segunda RFEF a Primera RFEF, solo lo consiguió un filial, el de Osasuna.
Un mayor desafío que requiere reforzar la filosofía del Castilla con jugadores más curtidos ante un panorama un escalón más en la pirámide del fútbol español (de cuatro divisiones que había se ha pasado a cinco) que abre nuevos horizontes competitivos. El objetivo del segundo filial será llegar a Segunda RFEF, en busca de una categoría más competitiva que la Tercera y que reduzca la brecha que se encuentran los canteranos en su último paso hacia el Castilla. La reactivación del Madrid C aliviará la transición de los jugadores juveniles hacia las categorías absolutas, en un movimiento lógico ante la nueva estructura de las ligas.
La reactivación del Madrid C provocará también un cambio de estrategia en el ‘plan de carrera’ que el Madrid diseña para sus canteranos. En temporadas precedentes, el club ha tenido que buscar acomodo como cedidos a muchos jóvenes (esta última campaña fueron una veintena) en equipos de Primera y Segunda RFEF. Ahora el club podrá ofrecer a muchos jugadores un sitio en un equipo de la casa a la vez que se prepara para las restricciones a la cesión de futbolistas que van a ir entrando en vigor los próximos tres años.
Esta primera temporada, el acuerdo de filialidad permitirá a los jugadores sub-23 que tengan ficha del RSC jugar con el Castilla si Raúl lo requiere, aunque todavía este año, mientras el segundo filial no sea un equipo plenamente integrado en la estructura del club, los jugadores del Juvenil A no podrán jugar todavía en el nuevo Madrid C.
Habrá otros cinco filiales en su grupo
El paisaje que se encontrará esta temporada el Real Madrid C aparentará ser una miniliga de filiales. Entre los 16 equipos que componen el grupo madrileño de Tercera RFEF hay cinco filiales. Además de los blancos: Madrid Promesas (del Fuenlabrada), Paracuellos Antamira (que tiene un acuerdo de filialidad con el Rayo Majadahonda), Getafe B y Rayo Vallecano B.