Un parón para la reflexión
El Atlético estará dos semanas sin competir tras dos empates y una derrota en la última semana y cuatro goles anotados y siete encajados en los últimos cinco partidos.
Al Atlético le llega el parón en el peor momento. O en el mejor para parar, según quiera verse. Tras una vorágine de partidos donde nada sale, nadie se encuentra, no hay fluidez, estilo, frescura, ideas... Entre parón y parón ha llegado la desilusión. Y estas dos semanas sin competir (hasta el 20 de octubre) deben ser balsámicas para reconducir la temporada. En el argot del ciclismo, al Atlético se le presentaba su primer puerto especial del curso y lo ha sufrido con pájara, pinchazo y flato incluido.
Únicamente cuatro goles anotados en los cinco últimos partidos, uno en cada uno de ellos salvo la debacle de Lisboa. Apenas ocasiones, poca creatividad, juego ramplón y una defensa que, quitando el partido contra el Benfica, ha sostenido el bajo nivel ofensivo. Contra la Real Sociedad a punto estuvo de llevarse los tres puntos apenas tirando a puerta en el primer minuto, con el detalle de lujo de Griezmann y el gol de Julián Alvarez. Ni remató entre palos en Portugal. Un chut a portería en 180 minutos. Un equipo que se ha reforzado con el argentino, crack mundial, y con Sorloth, segundo máximo goleador de la pasada Liga y que parece echar de menos a los que se fueron (Morata, Samu Omorodion) o el que no llegó (Dovbyk)... en este bache todo lo de fuera parece mejor.
Pero se podría apostar a que, con la poca generación de juego, si fuesen ellos los delanteros del equipo también se miraría fuera con añoranza. Para marcar goles hay que querer marcarlos. E intentarlo. Al equipo le falta fútbol y le sobran partidos. Un calendario infernal que le ha llevado a jugar en 22 días contra Valencia, Leipzig, Rayo, Celta, Real Madrid, Benfica y Real Sociedad. Ganó los dos primeros y se fue deshaciendo en el camino. Como le ocurre cada vez que se aleja del Metropolitano. Cuatro de los cinco últimos encuentros fueron de visitante y solo ganó el de Vigo... sin ser mejor que el Celta. Un mal que arrastra durante el tiempo y que le impide competir por títulos.
Crecer fuera, salir a mandar en los partidos, con personalidad y fútbol ofensivo es una de las grandes tareas a mejorar en el parón. Ya parece un mal psicológico. Es cierto que el Atlético todavía no ha perdido en Liga. Pero también que ha empatado (cinco) más de lo que ha ganado (cuatro). Suficiente para ser tercero, pero no para mantener el ritmo a Barcelona (siete puntos por encima) y Real Madrid (cuatro). El parón debe servir para limpiar la cabeza y especialmente definir a lo que quiere jugar este equipo, que ha cambiado a una gran base respecto a la temporada pasada (ocho jugadores) y que todavía no ha empezado a encontrarse.
Apartado positivo
En el mal momento del Atlético también hay brotes verdes. Oblak está fuerte bajo palos, Giménez tiene continuidad y Lenglet y Javi Galán se han alistado como jugadores perfectamente útiles para Simeone. Pablo Barrios se ha recuperado de una lesión que le tuvo seis encuentros fuera de combate y lo jugó todo contra la Real Sociedad. “Me encanta”, confirma Simeone. Y más ante la poca cantidad de medios con los que cuenta. No hay un plan B diferente para tapar el pivote, un jugador de músculo y de naturaleza defensiva. Además de Barrios, Griezmann y Koke, piedras angulares, se tomarán un respiro fundamental. Le Normand podrá recuperarse de su traumatismo, Llorente tendrá tiempo para ir rehabilitándose, aunque todavía tiene que estar varias semanas de baja (se lesionó para un mes en Lisboa), también Azpilicueta...
Y Simeone tiene mucha tarea por delante. La competencia interna le ha llevado a darle la oportunidad a Galán por el bajón de Lino y Riquelme. Sorloth no es ni la sombra del delantero de la segunda mitad de curso pasado con el Villarreal. Julián Alvarez debe ir encontrando su acomodo ideal, pareciendo más libre en la delantera que como interior izquierdo. Gallagher lo mismo, más natural cerca del área rival y con menos responsabilidad en la salida de pelota.
Aunque ellos se marchan con su selección, a buen seguro que el cuerpo técnico le dará vueltas a su encaje y los juegos de posiciones. Días de mucho trabajo con la esperanza de ver a un Atlético más reconocible, ofensivo y con mejor juego después de parar a reflexionar. Leganés, Lille, Betis, Las Palmas, PSG y Mallorca asoman en el horizonte. Un calendario a priori menos duro y con el Metropolitano como salvavidas. Para recuperar al Atlético y, en especial, la ilusión de su gente.
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