Un nuevo inicio para Iñigo
El central, que este año a estas alturas apenas había jugado el descuento del partido ante Osasuna, se ha convertido en intocable para Flick por su rendimiento y liderazgo.
El Barça sabía qué buscaba hace un año cuando fichó la temporada pasada a Iñigo Martínez. “Queríamos a un motivador de compañeros”, dijo Joan Laporta en su presentación el 13 de julio de 2023. “Tenemos referencias muy cercanas de su liderazgo incuestionable”, explicó Mateu Alemany, que todavía era el director de fútbol del club azulgrana. Y, finalmente, el mismo jugador dijo: “Destacaría el carácter competitivo que tengo. Puedo ayudar al equipo en eso. Hay mucha gente joven en el vestuario que necesita aprender de otros; y yo tengo una forma de competir, de querer ganar siempre, que la sé transmitir”.
Una anécdota dibuja bien ese espíritu del central de Ondarroa. Iñigo compró un futbolín (el que se hizo famoso recientemente por la foto que se hicieron Lamine, Pedri, Casadó y Fort al regreso de Mestalla) para fomentar el buen rollo en el vestuario. Sin embargo, la temporada pasada empezó torcida y, en general, fue difícil para el vasco. Primero, y al margen del culebrón de su inscripción, tuvo que recuperarse de una pequeña operación en la fascia derecha a la que se sometió en junio, cuando terminó su temporada con el Athletic. En las cuatro primeras jornadas, apenas jugó unos minutos contra Osasuna. Luego, no consiguió el protagonismo que esperaba durante el curso, a medio camino entre las lesiones, la irrupción de Cubarsí y una pérdida de confianza de Xavi que le afectó, seguramente porque el entrenador de Terrassa fue uno de los más entusiastas promotores de su fichaje.
Iñigo volvió a ser protagonista en verano porque el Barça estaba obligado a volver a inscribirlo según había desvelado meses antes, en primicia informativa, el presidente de LaLiga, Javier Tebas. Antes de final de temporada, se especuló mucho con su futuro. Deco, sin embargo, le dejó claro al central que contaban con él. Y el fútbol, siempre tan caprichoso, le tenía guardada buenas cosas al ex jugador de Real y Athletic. Flick se lo ha creído y, más allá de la lesión de Araújo, le ha dado galones en el equipo. El vasco ha jugado los 360 minutos en lo que va de temporada y ha rayado a un nivel alto, el habitual cuando huye de los problemas físicos. Camino de los 34 años, Iñigo todavía se siente en condiciones de ser un jugador importante. En cuatro partidos, el Barça apenas ha encajado tres goles, uno de ellos de penalti. Ha sido un equipo estable en el que, además, Iñigo ha ayudado a que Cubarsí se vaya estabilizando en defensa después de algunas dudas iniciales. En forma, es un jugador que gana duelos, fija bien la línea, va bien por arriba y, aunque ha sido un defensa rápido, sólo es vulnerable cuando tiene que girar y tiene que correr muchos metros hacia atrás. Un inicio feliz. Seguramente, el que esperaba la temporada pasada y que ha llegado en esta. Veremos, si con continuidad.
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