Un mercado a fuego lento
Las limitaciones económicas empujan al Espanyol a esperar al final de mercado por cesiones o descartes hoy imposibles.
El mercado del Espanyol este verano es complicado. Una obviedad, repetida hasta la saciedad por todos los estamentos del club, que son conscientes que costará mucho reforzar el equipo para ser competitivo en Primera. Porque sí, el ascenso es evidentemente una gran noticia y jugar en Primera un atractivo, pero las limitaciones económicas del Espanyol son de tal calibre que parece complicado que el club pueda hacer un desembolso ya no grande sino significativo en cualquier jugador. Y faltan unos cuantos.
Es por ello que la estrategia de Fran Garagarza es esperar. No porque lo prefiera, sino porque no le queda otra. A cualquier entrenador (y director deportivo) le gustaría arrancar la pretemporada con el equipo hecho o por lo menos ya muy cerca del definitivo. Pero esta no es una opción para prácticamente nadie y menos para el Espanyol. El propio Garagarza, hablando sobre el sustituto de Braithwaite lo dejó bien claro: “¿Tenemos enfocadas opciones? Evidentemente. ¿Son viables cerrarlas ya? No. ¿Hay que esperar? Sí.”. Y en esas está el Espanyol.
Esperar a finales de agosto puede hacer que jugadores hoy imposibles acaban recalando en el Espanyol. Los blanquiazules tienen el atractivo de estar en Primera (a diferencia del verano pasado) pero una economía muy maltrecha. Y esperar puede ser una virtud en dos sentidos. Primero, con los jugadores sin contrato. Algunos prefieren esperar una oferta mejor que puede no llegar nunca y acabar decantándose por el Espanyol. A medida que se acerca el final del mercado el nerviosismo crece entre los jugadores sin equipo y lógicamente bajan sus pretensiones. El mejor ejemplo, el pasado mercado. Álvaro Aguado y Víctor Ruiz llegaron ya con el mercado cerrado, a mediados de septiembre, conscientes que no tenían ya muchas más opciones. Esto juega además a favor del club, que normalmente puede ofrecer salarios más bajos a los nuevos fichajes.
El otro gran punto son los jugadores descartados por sus clubes o a los que les buscan una cesión. Ahora todavía tienen tiempo, todavía pueden buscar opciones, pero a medida que se acerque el límite deben decidir. Y ahí vuelve a aparecer el Espanyol. Por ejemplo, con los jugadores del Real Madrid. No es ningún secreto que en el club blanco hace tiempo que han apostado más por traspasar el 50 por ciento de los derechos de sus canteranos que por cesiones (algo que les está funcionando realmente bien) pero no es menos cierto que, a finales de agosto, pueden flexibilizar sus exigencias. Es decir, jugadores hoy imposibles pueden acabar siendo viables cuanto mayor sea la paciencia de Garagarza.
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