Un duelo regional convertido en casi final por la permanencia
Sevilla, penúltimo, y Cádiz, antepenúltimo, buscan salir del descenso en un encuentro marcado por el VAR, las protestas del sevillismo...
Sevilla y Cádiz dirimen esta noche un duelo de rivalidad regional que se ha convertido en casi una final por la permanencia (sigue el partido en directo en AS.com). El penúltimo, quién lo diría, recibe al antepenúltimo, acostumbrado a luchar en este barro de los puestos bajos pero incómodo por todo lo que rodea a su clasificación.
Porque este Sevilla-Cádiz está envuelto, inevitablemente, por lo que les sucedió a los gaditanos la pasada jornada con el VAR. Un error monumental, comunicados, acusaciones, amenazas de sanción... En definitiva, que en la Tacita se ha hablado de todo menos del duelo ante el Sevilla.
Tampoco es que en Nervión se concentren todas las fuerzas en lo que ocurra sobre el terreno de juego. Para los locales el partido estará marcado por la protesta contra la gestión del Consejo que se producirá en la previa. Y de ahí, a saber con el humor que entrará el respetable a un estadio que celebró su primer triunfo de la temporada en casa hace sólo dos semanas. Desde el club se mandan mensajes a la afición rogando su apoyo, pero el ambiente no es el ideal.
El reestreno de Ocampos como sevillista no se hará esperar. Con sólo dos entrenamientos a las órdenes de Sampaoli, el atacante argentino ha entrado en una convocatoria en la que no está, por sanción, Acuña, el único lateral zurdo puro de la plantilla. Ahí tiene una papeleta curiosa que resolver Sampaoli, que ha hecho diversas probaturas durante la semana.
En el Cádiz, mientras, Sergio deberá retocar su once ante la baja por sanción de Fede San Emeterio y la de Fali, que tuvo que ser sustituido contra el Elche por lesión. Para el primero se abren dos opciones, o meter físico con la entrada de Youba Diarra, algo que no cambiaría el esquema; o situar a Álex junto a Alcaraz y meter un extremo como Alejo o Bongonda. Para suplir a Fali entrará Momo.
El Cádiz ya sacó partido el año pasado de un ambiente enrarecido en Nervión. Y en el Sevilla saben que ese ambiente sólo cambiará ganando.