Un despido ‘social’

Joaquín Caparrós coge las riendas del Sevilla este mismo lunes, con su primera conexión con la Ciudad Deportiva y la presentación en el Ramón Sánchez-Pizjuán, que se producirá a las 12:30. El utrerano regresa al banquillo de Nervión por cuarta vez y lo hace como un intento de enderezar el rumbo deportivo y lograr la salvación. Pero su nombramiento tiene mucho de golpe de efecto social.

Saben en el Consejo que Caparrós, leyenda y con predicamento sobre una gran parte del sevillismo, puede aplacar las iras que se ciñen sobre José María del Nido Carrasco y su directiva, especialmente notables en los partidos de casa. Así que notó ante el Atlético de Madrid, con cánticos casi unánimes de la grada que desembocaron incluso en que tuviera que detenerse el juego y, posteriormente, en varios altercados fuera del estadio con empleados del club.

Y ésa es la explicación que Del Nido y su director deportivo Víctor Orta dieron ayer domingo por la mañana al ya destituido Xavi García Pimienta. Más allá de que no haya acabado de cogerle el aire a una plantilla muy mejorable, el despido del catalán tiene básicamente que ver con la necesidad de apaciguar los ánimos y conseguir pronto una victoria que prácticamente asegure la salvación. Empezando por el duelo del próximo domingo ante el Alavés, en el Sánchez-Pizjuán.

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Seguramente, el discurso de Caparrós este lunes ante la Prensa tenga mucho que ver con la necesidad de unión en el estadio y de dejar las críticas y los gritos contra el Consejo para cuando el balón no se encuentre en juego. Desde el inicio, el utrerano demostrará que no solo le ha traído para cambiar cosas sobre el césped: sobre todo, esperan que haya otro panorama fuera de él.

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