Un derbi con pique pero sin Piqué
El ya exfutbolista, aunque sigue con sus ocurrencias sobre el Espanyol “de Cornellà” o Tamudo, faltará sobre el césped. Llevaba desde 1997 palpando una rivalidad que le encanta caldear.
Su socarronería seguirá a buen seguro rodeando los derbis, pero ya lejos del césped. Y en un papel mucho más secundario. Basta con comprobar la poca trascendencia que tuvo la última ocurrencia de Gerard Piqué, a mediados de mes, cuando el ‘streamer’ Ibai Llanos anunció en directo, en la red social Twitch, el fichaje de Raúl Tamudo para la Kings League, competición que organiza el ya exfutbolista del Barcelona, y a la que concurrirán unos cuantos expericos más, como Joan Capdevila, Alberto Lopo, Martín Posse, Ferran Corominas, Sergio García o Jonathan Soriano.
“Hay que ver si hay razones para poder vetar, como si está relacionado con el mundo de la droga o armas, no lo sé. No es porque haya sido jugador del Espanyol, al que siempre le he mostrado un respeto enorme. Al Espanyol de Cornellà de toda la vida”. Así se expresó Piqué, retirado justo a las puertas del derbi que tanto ha vivido desde que tenía diez años, cuando enfrentarse al Espanyol era su gran partido del año, y hasta el pasado 13 de febrero, cuando esa alta intensidad le llevó a ser expulsado, en el RCDE Stadium, en un colofón a la altura de su rivalidad con el rival blanquiazul. En toda su trayectoria, solo falló en uno, el del 5 de mayo de 2012, a consecuencia de un golpe en la cabeza que había sufrido ante el Chelsea.
Un día hacía que había cumplido 20 años cuando se cruzó profesionalmente por primera vez con el Espanyol, en 2007, pero en las filas del Real Zaragoza. Así que tuvo que esperar hasta el 27 de septiembre de 2008 para protagonizar su primer derbi. El que ya significó un punto de no retorno en su relación con la afición perica, por su hiperbólica celebración de la victoria culé ante la Tribuna Superior, donde se ubicaban miembros de Boixos Nois que minutos antes habían lanzado bengalas, lo que puso en peligro a otros espectadores y retrotrajo a un triste capítulo vivido en Sarrià, con la defunción de un joven seguidor por el empleo de estos utensilios.
Ya en Cornellà-El Prat, la riña se encendió el 29 de marzo de 2014, cuando para festejar el 0-1 de Lionel Messi, anotado de penalti, se subía sobre la piña de jugadores azulgrana y lanzaba un escupitajo en dirección a la grada. Ya entonces había manejado las redes sociales para disparar al Espanyol, como su tuit exclamando “¡qué grande es el fútbol!”, cuando el 24 de enero de 2012 el Mirandés apeaba de la Copa del Rey a los pericos.
“Si son una maravillosa minoría (como reza uno de los lemas del Espanyol), espero que llenen el campo”, manifestó con toda la retranca posible el 6 de enero de 2016, tras un derbi precisamente copero. Con los ánimos encendidos, y tras atribuir por error a la afición el cántico “Milan, muérete”, la respuesta en la vuelta de la Copa, el 13 de enero en el RCDE Stadium, fue desmedida desde el sector más radical, con pancartas como “Shakira es de todos”, obviamente reprobada por todos los estamentos del Espanyol.
Con otras pullitas en redes sociales de por medio, sería en un nuevo trío de derbis, éste en enero de 2018, cuando Piqué bautizaba la expresión “el Espanyol de Cornellà”, la cual tanto le gustó que la empleó en el estadio perico, en el Camp Nou y el día que presentaba su renovación con el Barcelona. El 4 de febrero, en otro derbi, primero marcaba y mandaba callar a la grada, y después en zona mixta iba un paso más allá: “El Espanyol está cada vez más desarraigado de Barcelona y tiene un presidente chino”.
“En patrimonio tengo más (dinero) que el presupuesto del Espanyol este año”, se le ocurrió decir en el programa de humor ‘La Resistencia’, el 28 de marzo de 2019, a lo que el vicepresidente perico, Carlos García Pont, replicó: “Otro día dirá algo inteligente”. Y fue en otro espacio, este en Twitch con Ibai, cuando se sinceró de algún modo, el 11 de junio de 2021: “He estado todo el año deseando que (el Espanyol) subiera a Primera”, porque “tenerlo en Segunda hace gracia, pero quiero ir al campo del Espanyol y que haya gente”.
Y así llegamos al último de los 29 derbis que disputó como profesional, con 21 victorias, dos derrotas y seis empates. A una de esas igualadas, el 2-2 del pasado 13 de febrero, corresponde esa despedida por todo lo alto. Porque, en el minuto 92 y ante toda una legión de espectadores en el RCDE Stadium, Piqué vio segunda amarilla y fue en consecuencia expulsado por encararse con Nico Melamed, en otra de esas imágenes ya icónicas de los Espanyol-Barcelona con el ya exfutbolista, quién sabe si en el futuro presidente. Y vuelta a empezar. Por ahora, es el gran ausente de esta nueva entrega del derbi. Que no habría jugado igualmente por sanción, en el hipotético de haber dado marcha atrás a su retirada. Y que tendrá piques, pero no a Piqué.