Un derbi a la altura de los grandes
Real Sociedad y Athletic pelean esta temporada por las alturas de la tabla de Primera con el objetivo en mente de poder entrar en Europa y, si es posible, en la Champions League.
El derbi vasco siempre llama la atención, pero aún cobra más realce si ambos equipos, como ocurre en la actualidad, llegan en buen momento y ocupando la zona alta de la clasificación (sigue en directo el partido en As.com). Por ello, la expectación para esta noche en el Reale Arena es máxima. Los tres puntos no elevan su peso por mucho que se enfrenten dos vecinos, pero en este caso su consideración moral es enorme. Si ganan los txuri-urdin, se distancian con seis puntos, y apagarían aún más los sueños de Champions de los rojiblancos. Los donostiarras llegan al derbi en un momento muy dulce. Cuentan por victorias sus tres encuentros tras el parón por el Mundial y, además, practicando fútbol virtuosísimo. Lograron superar a la SD Logroñés en la Copa y sumaron sendas victorias frente a Osasuna y Almería que han dejado a los de Imanol en la tercera posición de la tabla, a seis puntos del Real Madrid y con la posibilidad de distanciar al vecino, el eterno enemigo, a la barbaridad de nueve puntos.
Por si fuera poco, Imanol va solucionando el único quebradero de cabeza de este gran curso, las lesiones. Ha ido recuperando piezas de su puzzle y, aunque todavía no lo tiene completo, si cuenta con las más diferenciales. Han vuelto al equipo Oyarzabal, Barrenetxea, Aihen Muñoz, Cho y ahora Carlos Fernández, ya recuperado de la lesión muscular que se produjo antes del parón. Brais Méndez cumplió la anterior jornada el partido de sanción que tenía por tarjetas y se suma a la pelea en el derbi, de tal forma que el técnico txuri-urdin podría utilizar el famoso rombo que ya recuperó en Almería y que tan buenos resultados le está dando. La formación de Zubimendi, Merino, Brais y Silva está siendo una de las claves del éxito de un equipo bien armado defensivamente y que arriba se encomienda a la inspiración de un Sorloth y un Kubo que lo mismo desequilibra dentro del área que se convierte en un quinto centrocampista.
Anoeta es una prueba de fuego para el Athletic que ha regresado tras el parón con dos caras. Abrió el fuego encogido ante el Sestao River en Copa, se quedó sin pólvora en Liga ante Betis y Osasuna, con sendos empates a cero, y ofreció un verdadero recital ante el Eldense en el torneo del KO: 1-6. El choque del lunes ante los rojillos dejó un mal sabor de boca en la parroquia vizcaína. El equipo de Valverde se quedó fuera de Europa y dejó pasar la oportunidad de acomodarse en terreno Champions, justo por detrás de los realistas, en cuarta posición.
La incapacidad para hacer valer su mejor juego y las ocasiones creadas por no acertar en el último pase o en la definición recordaron a muchos partidos amargos en la etapa de Marcelino. No obstante, Valverde acabó contento con lo ofrecido por sus jugadores y ve a su equipo dispuesto a competir en el Reale Arena como viene haciéndolo durante toda la temporada. Incluso sin Iñigo Martínez, envuelto este curso en una espiral negativa en el debate público por su no renovación del contrato que finaliza este año y con diferentes molestias físicas que apenas le han permitido tener continuidad.
El morbo en lo que podría ser su última visita a Anoeta como rojiblanco (en verano le espera el Barça con los brazos abiertos en medio de la ausencia de conversaciones entre Ibaigane y el defensa) queda evaporado. Esa baja, de todos modos, la está supliendo brillantemente la pareja Vivian-Yeray, lo mejor del curso en el Athletic junto al meta Simón. Vesga llega a tiempo, debilitado por la fiebre, eso sí. Y los Williams amenazan con su velocidad supersónica. Iñaki puede ampliar a 250 su récord de partidos seguidos en Liga.