Un baile para Borja y Chimy
Betis y Osasuna buscan el liderato de la Liga tras un inicio casi perfecto. Sus arietes deslumbran y sus técnicos reinan. Canales, de vuelta, mide al valiente Oroz.
El Benito Villamarín recibe a dos colíderes que quieren más. Betis y Osasuna dirimen un choque de rumbos perfectos con Borja Iglesias y Chimy Ávila convertidos en estandartes goleadores de este arranque de campeonato. La eterna sonrisa del gallego contenta a Pellegrini. La fe del argentino convence a Arrasate. Ambos quieren impulsar su endiablada racha goleadora hasta el sueño de dormir con alma de líder. Hace más de diez años que el Betis no arranca con un triple triunfo. Osasuna ya mejoró sus inicios de los últimos 40 años. El baile está servido.
También hay una batalla de banquillos. Pellegrini sostiene el proyecto verdiblanco con una magia capaz de mantener en la sombra el caos de los no inscritos. Arrasate, mientras, construye pilares de fiabilidad con lo que tiene. Que puede parecer poco. Pero se disfraza de mucho. Entre esos ingredientes reinará la valentía por cerrar el viernes como líder de la tabla. El imprevisible Fekir. El atrevido Aimar Oroz. No hay sitio para todos.
El Betis recupera un puñado de efectivos para medir su resistencia. Tiene a Canales de vuelta y Luiz Felipe podría estrenarse en la zaga tras ser inscrito y cumplir su sanción. A lado de Borja seguirá Juanmi para conformar una dupla que destruye casualidades y llama a la puerta de Luis Enrique. Con Guido en el control y Carvalho en la vertiginosa misión de comandar el vértigo. Con los no inscritos, Pellegrini espera hasta última hora para que su plantel sume más partícipes en ese anhelo de crecer.
Para Osasuna, esperar forma parte del plan. Al menos en cierta medida. Arrasate maneja a la perfección la caza de espacios y entrega a Moncayola y Torró las bases de su verticalidad. Lo indetectable, además de Oroz, se personifica en Moi Gómez, que quiere romper líneas con lo sencillo. Sin complicaciones. Como las que evitan sus dos centrales. Heliópolis se prepara para una fiesta de valientes que tiene un baile directo hacia el cielo y que nadie se quiere perder.