Un año sin Trippier

Pocas veces un lateral derecho ha tenido tanta influencia en el juego del Atlético. La salida de Kieran Trippier abrió un boquete en el conjunto rojiblanco que, ni los fichajes ni los remiendos dentro de la propia plantilla han podido cubrir en el año exacto que se cumple de la oficialidad de su traspaso al Newcastle.

Mientras, Trippier se ha convertido en uno de los líderes de un equipo que recogió en descenso y hoy en día ocupa los puestos Champions. El inglés no ha parado de recibir reconocimientos, premios a mejor jugador del partido y elogios por su buen pie en la salida, aporte a balón parado y trabajo defensivo. Esto último mejoró notablemente en sus dos años y medio de rojiblanco, donde con Simeone se convirtió en uno de los laterales más completos de la competición. El curso 2020-21 fue su gran obra. El Cholo modificó su sistema táctico en buena medida por la capacidad de potenciar a Trippier y a Carrasco en los carriles, ambos con un peso capital para acabar levantando el título de Liga.

Con Trippier rompiendo líneas desde la derecha, Marcos Llorente vivió una explosión extraordinaria. Ambos fueron un filón en banda, con el inglés subiendo el balón y conectando con los desmarques del madrileño, que acabó el curso con 13 goles y 12 asistencias. El propio Llorente ha sido el parche habitual desde la salida de su gran socio, que en esa temporada dio seis pases de gol. Primero, con la ineficaz incorporación de un Wass que cayó lesionado en su debut y no volvió a participar. Tampoco Vrsaljko convencía al Cholo y era Llorente la opción más fiable. Y después, con las ausencias de Nahuel Molina o sus dificultades defensivas sufridas especialmente en sus primeras semanas de rojiblanco. Hoy se cumple un año de una de las salidas que más daño han hecho al Atlético en las últimas temporadas.