Un año del milagro de Zorrilla
El Pucela subió gracias a los empate de Almería y Eibar en Leganés y Alcorcón, respectivamente, en un recuerdo que debe servir de ejemplo.
El José Zorrilla no es un campo abonado a los milagros. Las carambolas siempre fueron más propicias para otros equipos que para el Real Valladolid al que, históricamente, no le beneficiaban casi nunca los resultados de los demás. Sin embargo, hoy, hace un año, la concatenación de tres resultados acabó con el ascenso de un conjunto blanquivioleta dirigido por Pacheta y el 29 de mayo de 2022 pasó a la historia como el día del ascenso gracias al Alcorcón. Ahora, la ciudad, el equipo se prepara para vivir otra final el domingo.
Hace un año, tres equipos llegaban a la última jornada con opciones de ascender. Eibar y Almería, con 80 puntos, y Real Valladolid con 78. Los armeros se la jugaban ante un Alcorcón ya descendido, mientras que los andaluces disputaban su partido en Butarque ante el Leganés y el Pucela se enfrentaba al Huesca, al que tenía que ganar y esperar otros resultados que le permitieran ocupar uno de los dos puestos de ascenso.
La tarde se empezó a animar pronto porque el Leganés se puso por delante, por dos veces, mientras el Pucela marcaba después del descanso con gol fantasma de Weissman y la tarde de Zorrilla se convertía en noche de radios. El Eibar empataba frente al conjunto amarillo, lo que le daba el ascenso directo y hacía campeón al Pucela, pero siempre pendientes de que no marcara el Almería. Al final, un gol de Zarfino, del Alcorcón, en el minuto 91, en Santo Domingo despejaba los miedos para los blanquivioletas y aseguraba el ascenso a los almerienses que salían campeones con respecto al Valladolid por el golaverage particular, empatados a 81 puntos, mientras la tristeza se apoderaba de los vascos que iban al playoff, donde cayeron eliminados por el Girona, que finalmente subiría.
Ahora, un año después, el Real Valladolid vuelve a preparar una final, esta vez ante el Getafe, el domingo donde hay varias combinaciones posibles. Los blanquivioletas tienen que ganar a los madrileños, aunque podría haber algunas combinaciones en las que también le valiera el empate. Lo que seguro que le condena a Segunda es la derrota. Semana para vivirla, para sufrir y soñar con un Zorrilla que estará a reventar.