Trejo: “Si por mí fuera, no me iría de aquí nunca en la vida”
El argentino pidió disculpas por su expulsión y recibió el cariño del vestuario y la afición. “Aunque no lleva brazalete sigue siendo nuestro capitán. Sin alzar la voz es respetado y querido”, dijo su técnico.
“Perdón”. No transcurrieron ni 24 horas desde la expulsión de Trejo contra el Granada hasta su mensaje en redes, donde agradeció el apoyo del equipo y de la grada. Nada más terminar el partido, sus compañeros le mantearon y la afición coreó ‘Trejo, capitán’ porque el argentino es el mejor ejemplo de que no hace falta portar un brazalete para serlo. Lo había pasado mal, desde el instante en que el VAR llamó a Díaz de Mera y éste cambió la amarilla por la roja en una acción en la que el Chocota levantó demasiado la pierna e impactó en la cabeza de Miguel Rubio tratando de despejar un balón. Apenas corría el minuto 4.
Trejo se marchó serio. Dolido. Abatido. Y se le vio en el túnel de vestuarios junto a Cobeño, siguiendo en todo momento el encuentro, celebrando y sufriendo, como un rayista más. Porque su sentimiento está fuera de toda duda. De ahí que esa publicación pidiendo disculpas vaya más allá y sea toda una declaración de amor al club de su vida. Del que es, además, leyenda. “Los que realmente me conocen y saben lo que significa para mí esta camiseta son conscientes de lo doloroso que fue para mí lo vivido el miércoles con todo lo que nos jugábamos”, confirmó.
Sus compañeros fueron los protagonistas de sus palabras. “Siempre dije que este grupo es único y que destaca por encima de todo la humanidad de quienes lo componen. Lo demostraron una vez más regalándome la victoria. Me siento infinitamente orgulloso de todos y cada uno de ellos”, afirmó el Chocota, que también se acordó de la gente. Su gente. Ese rayismo que le valora en las buenas y las malas, en sus aciertos y sus errores. “Ya no me alcanzan los adjetivos para agradecerles y decirles que me siento tan afortunado de jugar y estar en este barrio que, si por mí fuera, no me iría nunca en la vida”, se emocionó el argentino.
Ese cariño y admiración no sólo lo percibe desde la grada, sino también desde el vestuario. “Sufriste una desgracia futbolística y sé lo triste que estás, pero quiero que sepas que lo hicimos por ti. Por todo lo que haces por nosotros. Por tu compañerismo, tu generosidad, tu compromiso. Te debemos mucho, capitán”, escribió Isi, otro de los capitanes del Santa Inés. Nave que comanda Iñigo Pérez: “Sólo con el semblante de su cara sabía que Trejo estaba afectado porque siente como nadie los colores del Rayo. Pese a la victoria le va a costar porque se siente responsable con el barrio, la afición y su gente. Aunque no lleva brazalete sigue siendo nuestro capitán. Sin alzar la voz es respetado y querido”. Ese héroe silencioso, como le definió Míchel.
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