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BARCELONA

Ter Stegen y una sombra alargada

El adiós de Neuer ha sobrevolado su primera vez como ‘número uno real’ de Alemania. Su inicio de temporada ha dejado algún borrón y Nagelsmann ha confirmado que no tiene una personalidad sencilla. “Tuve una conversación con él que no fue muy agradable”.

Ter Stegen, durante el partido contra Hungría de la Nations League.
Thilo SchmuelgenREUTERS

Más de doce años después de un tormentoso debut contra Suiza (derrota 5-3) cuando aún era un jovencísimo portero de 20 años recién cumplidos, Marc-André Ter Stegen (30-4-1992) pudo jugar su primer partido con la selección de fútbol de Alemania como portero titular ‘real’ en una posición que hasta ahora había sido propiedad de Manuel Neuer, portero en el corazón de todos los alemanes por motivos obvios desde el Mundial de 2014.

Ter Stegen, que apenas había jugado 15 partidos oficiales en estos doce años (también 25 amistosos) y había sido suplente hasta en 55 choques internacionales que le pinchaban una barbaridad, tuvo una noche relativamente tranquila contra Hungría (5-0), pero contra Países Bajos no tuvo ninguna intervención decisiva. Los medios han recibido con frialdad su estreno como portero número uno de la Mannschaft; y han expresado cierta nostalgia respecto a Neuer, cuya sombra ha sobrevolado y se ha extendido sobre el meta del Barça esta semana estos diez días. A la irrupción de Ter Stegen como titular tampoco ha ayudado la confesión del seleccionador, Julian Nagelsmann, que desveló que el pasado mes de marzo tuvo una conversación “que no fue muy agradable” con el portero del Barça, que no entendía por qué el ex técnico del Bayern iba a tomar partido por Neuer como portero como titular en la Eurocopa en la que Alemania fue anfitriona.

La declaración del seleccionador no ha pillado de sorpresa en Barcelona, donde Ter Stegen ha dejado algún capítulo en el que ha mostrado una personalidad compleja. En el verano de 2016, y después de dos temporadas como suplente de Claudio Bravo en la Liga, planteó un órdago al club. O el chileno o él. Josep Maria Bartomeu, entonces presidente, y Robert Fernández, director deportivo de aquel ciclo después de tomar el relevo de Zubizarreta (gran valedor del fichaje del alemán), tomaron la decisión de mandar a Bravo al Manchester City. Ter Stegen no ha tenido nunca problemas en manifestar que quiere ser el número uno en todas las competiciones y jugar todo, lo que ha hecho difícil la convivencia con porteros como Cillessen o Neto, que terminaron por marcharse. El segundo, casi aburrido. Hasta trascendió en su día un enfrentamiento con el mismo Messi en un entrenamiento.

Su comportamiento con Alemania también ha tenido ramalazos de este tipo. Los ha sufrido el mismo Hansi Flick en su época de seleccionador. Ter Stegen se conformó durante un tiempo con su posición, pero ya desde el Mundial de 2018, y especialmente con vistas a Qatar en 2022, se sentía con la capacidad para ser titular. La renuncia final de Neuer le da la oportunidad que ha esperado desde hace doce años cel Mundial de Estados Unidos, Canadá y México en el horizonte, pero también le expone a la crítica. Portero con muy buena prensa por norma general, en el Barça ha vivido en un ecosistema bastante agradable, pero su rendimiento ha sufrido muchos altibajos. La endoscopia a la que se sometió en diciembre del año pasado en Burdeos, a manos de la doctora Amélie Leglise, para solucionar sus problemas en la espalda, mejoró su rendimiento en la segunda parte de la temporada con el asterisco de un final errático en el que, además, cometió un error imperdonable en el partido contra el Valencia, cuando intentó un sombrero sobre Hugo Duro. Esta temporada, y pese a no tener mucho trabajo, ha dejado alguna buena parada, pero también dudas en el gol encajado en Vallecas y en otro error grave con el pie en Mestalla que le salvó Cubarsí bajo palos.

A sus 32 años, desde este verano ejerce como primer capitán del Barça. Ofrece regularidad, pero metido ya en su undécima temporada como culé, su rendimiento difícilmente ha tenido los destellos de brillantez que tuvo en su primer año, cuando el equipo que dirigía Luis Enrique ganó el triplete. También destacó en la temporada 2017-18, a las órdenes de Valverde; y en la 2022-23, donde conquistó al fin el galardón de portero menos goleado en la Liga y fue clave en la semifinal de la Supercopa de España en Arabia en una tanda de penaltis. Ha vivido noches gloriosas, pero también terribles, especialmente en el ciclo 2018-2020. En días duros como Roma (3-0), Liverpool (4-0) o el 2-8 de Lisboa contra el Bayern, no hizo una sola parada decisiva. Este año multiplica por dos los focos sobre él. A los de Barcelona, se suman los de Alemania.

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