Tchouameni, protagonista de doble filo
El francés crece en el centro del campo con el paso de los partidos. Se va soltando en la distribución, aunque con asignaturas pendientes.
Es temporada de cambios y de ajustes en el once del Real Madrid. La transición para jugar sin Toni Kroos después de una década y la adopción de nuevos automatismos a los que obliga la llegada de Mbappé y una nueva composición en el centro del campo. La primera tarea está recayendo en cierta medida (hasta que el regreso de Camavinga suponga un reparto de tareas y minutos) en Aurélien Tchouameni. El francés se ha convertido en el ancla del equipo, en una misión casi imposible: tener sobre el equipo la trascendencia y la omnipresencia del alemán.
Tchouameni, un centrocampista de corte más defensivo que creativo, va poco a poco haciéndose con las riendas del equipo. Si en Mallorca cedió el protagonismo a Valverde, frente al Valladolid el ‘14′ madridista dio un paso al frente. El normando participó más que ningún otro en el juego, con 102 intervenciones, según datos de Opta. Su 95,6% de acierto en pases (86 de 90) raya al nivel del mejor y omnipresente Kroos. El bloque bajo del Valladolid facilitó el juego en campo rival, con 71 entregas en la mitad contraria, 39 de ellas en el último tercio.
Pero a Tchouameni aún le faltan muchos trucos de los que desplegaba Kroos con su maestría. En la primera parte contra el Valladolid al Madrid le costó mover el balón de lado a lado con rapidez, una faceta que el metrónomo de Greifswald manejaba a su antojo con su dominio del pase en largo y su habilidad para cambiar el sentido del juego. Los más de ocho pases en largo que el alemán promediaba en cada partido que era titular, se han rebajado a entre 4 y 5 en estos dos primeros partidos de Liga con el ex del Mónaco.
Hay, en cualquier caso, visos para la esperanza con Tchouameni, que partido tras partido va soltándose. Frente al Valladolid participó más en el juego (las 102 intervenciones antes mencionadas) que ante Atalanta (62) y Mallorca (64). Y dio muchos más pases: de los 46 en la Supercopa creció hasta 86 en el regreso de la Liga al Bernabéu. Otro dato es revelador: ante el Valladolid dio 16 pases progresivos, una suerte en la que el francés no se prodigaba. La temporada pasada, sin ir más lejos, promedió 4,6 pases de este tipo cada 90 minutos. Y que sí era una faceta que desplegaba Kroos: 10,49 por encuentro. Pases para avanzar, aunque todavía sin el despliegue en larga distancia que hacía el teutón.
Toni Kroos es un jugador inigualable, pero Tchouameni tiene por delante el reto de acercarse a sus prestaciones. Contará para ello con la ayuda de Valverde, heredero del ‘8′ de Kroos y su escudero en una nueva era en el centro del campo madridista. Una dupla en una medular que, como reconocía el uruguayo tras el encuentro ante el Valladolid, necesita tiempo para fraguar. “Ancelotti nos pide que intentemos jugar y que demos equilibrio al equipo. A veces se nos hace difícil, porque no estamos acostumbrados a jugar juntos. Pero vamos a seguir mejorando. Tenemos mucho margen para crecer”.
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