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Tchouameni, la hora de la verdad

Con Camavinga recuperado, el pulso por la titularidad regresa al cenital: sólo hay un hueco junto a Kroos. Ancelotti le defiende, tras las críticas del derbi: “No hay dudas”. Pero debate, sí.

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Tchouameni, la hora de la verdad
JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

Dos hombres y un puesto. Tchouameni-Camavinga: libertad y fraternidad, pero sobre todo igualdad. Sólo uno puede acompañar a Kroos y, con ambos ya recuperados de sus lesiones (el Madrid estuvo cinco partidos sin los dos, ocho en total sin Tchouameni y, otros ocho, sin Camavinga), llega la hora de la verdad. La etiqueta de ‘titular’ busca dueño, en un pulso que el Metropolitano ha puesto al rojo vivo. Aurélien salió del banquillo y sembró nerviosismo por donde pasó, una imagen antónima de lo que venía ofreciendo (su final de la Supercopa fue de matrícula de honor). Fue un pequeño paso en falso, pero en la exigencia del Madrid, eso puede ser un mundo. Y con Camavinga al alza, la carrera se iguala. ¿Quién será el titular de aquí a mayo? Uno, sólo puede serlo uno.

Camavinga y Tchouameni charlan sobre el césped de Montjuïc.
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Camavinga y Tchouameni charlan sobre el césped de Montjuïc.Quique GarciaEFE

Todo apunta a Tchouameni, convertido en indiscutible esta temporada. Hay un dato esclarecedor: Camavinga sólo le ha sentado en dos partidos (la visita liguera al Metropolitano, una noche que no rema a favor del relevo y en el viaje a Braga). En el resto de los envites, si Tchouameni ha estado disponible, Tchouameni ha jugado. Disputó los seis primeros partidos de la temporada, paró en el derbi (“quería darle descanso”, alegó Ancelotti), encadenó cinco partidos, cogió aire en Braga y volvió en Montjuïc. Esa fue la secuencia. Hasta que ahí, bajo el pebetero de Antonio Rebollo, hizo crack. Literal. Sufrió una fractura -incompleta- en el segundo dedo del pie izquierdo: ocho semanas de baja.

Hasta entonces, Tchouameni estaba reluciendo un nivel notable. Aún a un paso del sobresaliente que se le exige, pero correcto en defensa, sólido en el juego y con guinda goleadora (marcó en Montilivi). Promediaba un 92% de acierto en pases (95% en campo propio) y recuperaba más de tres balones por partido. Empezó la temporada jugando con Camavinga y cuando Kroos reencontró su mejor versión, continuó con el alemán. El intocable era él. Pero esa lesión le tuvo sin ser titular hasta 2024 (volvió a un once en la visita del Mallorca, día 3). Se agitó el mar de dudas. Pero todo lo contrario: a partir de ahí, supernova.

Arabiazo

Tchouameni fue oro puro en Arabia. Recuperó el pulso, sentando a Camavinga tanto en las semifinales, como en la final, cuando cuajó uno de sus mejores partidos con el Real Madrid. El propio Ancelotti lo reconoció en rueda de prensa: “La final de la Supercopa ha sido uno de los mejores, si no el mejor partido que ha jugado. En Copa no jugó desde el principio y... ¿Podía haberlo hecho mejor en el gol de Griezmann? Sí. Pero no hay dudas”. La noche del derbi fue una mancha en su currículum: salió desde el banquillo, transmitió una inseguridad constante y no defendió como es debido el 3-2. Patinazo.

Ancelotti se mantiene alejado del cortoplacismo: una mala actuación no puede echar por tierra meses de notable. Pero el gran nivel de Camavinga abre el debate por decreto. Y Aurélien lo sabe. Que debe recuperar su mejor versión y espantar los fantasmas del Metropolitano desde este mismo domingo, porque si no, perderá el puesto. Su compatriota puja con fuerza. Es la hora de la verdad: ambos están recuperados de sus lesiones y, junto a Kroos, sólo puede jugar uno. Cartas sobre la mesa.

Tchouameni, durante el partido de Liga frente al Villarreal.
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Tchouameni, durante el partido de Liga frente al Villarreal.JAVIER GANDULDiarioAS

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