Tchouameni es un MVP
El francés Tchouameni, debutante en el estadio blanco, lidera la victoria ante el Betis con una presencia hiperactiva en el juego del Madrid.
El verdadero examen que revalida la idoneidad de un jugador para vestir la camiseta del Madrid es el juicio del siempre imponente Bernabéu. Y más si la tarea trata de evitar evocar el recuerdo de un jugador que ha marcado una época, como es Casemiro. El calendario de los blancos, condicionado por las obras del estadio, le ha dado a Tchouameni la oportunidad de aclimatarse con tres partidos lejos de casa para ir creciendo y sacudiéndose los nervios. Un curso cero para preparar su puesta de largo que ha aprovechado al máximo. La primera prueba ante el Bernabéu la pasó con un sobresaliente con el reconocimiento cum laude del MVP del partido, dado por LaLiga.
Tchouameni estuvo hiperactivo en el juego del actual campeón. Intervino en el partido 91 veces, más que ningún otro madridista. Y también lideró el ranking de entregas, con 56 pases completados (y un índice de acierto del 88,9%). Se acercó al área y buscó el gol. Dejó al Bernabéu con la miel en los labios de cantar su primera diana como madridista. Lo evitó Rui Silva en la primera parte con una mano inverosímil cuando el balón estaba a punto de atravesar la línea de gol y muchos entonaban ya el grito para celebrar el tanto.
Incluso se permitió el lujo de encandilar al público con una ruleta en la primera parte. Una pincelada de magia que emana de un jugador llamado a ejecutar tareas en las que la eficacia prime sobre lo plástico. Aunque ese no fue su único despliegue de virtuosismo: completó tres regates, más que ningún otro compañero, incluido Vinicius, el regateador por excelencia del equipo (dos le salieron al brasileño).
El Madrid pagó por él 80 millones de euros al Mónaco para iniciar una transición tranquila como recambio de Casemiro (30 años) con vistas a futuro (Tchouameni, con 22 años, es el cuarto jugador más joven de la plantilla de Ancelotti). La marcha de Case al Manchester United ha forzado que ese proceso sea un cambio radical que no ha resultado nada traumático. Ni para el equipo ni para el Bernabéu, testigo de un debut de ensueño.