Tchouameni, contra sí mismo
Ancelotti valora emparejarle con Rüdiger en Mestalla para dar descanso a un Nacho con molestias. Sin ser una “emergencia absoluta”, también es una opción de peso como central.
Lo que comenzó como un remiendo es un cerrojo. Aurélien Tchouameni (24 años) nunca había jugado como central, pero Ancelotti le veía aptitudes en los entrenamientos. Buen posicionamiento, fuerte al duelo, potente en el juego aéreo y estupenda lectura para la interceptación. Las lesiones en cadena (Militao, Alaba y puntualmente Rüdiger) hicieron el resto y ahora es más que un parche. Un zaguero de guardia que, según ha podido saber AS, tiene papeletas para acompañar a Rüdiger en Mestalla. Porque la confianza en él es suprema. Y porque así Nacho, que arrastra unas molestias desde hace semanas que no le permiten alcanzar su 100% físico, podría guardar energía para la visita del Leipzig (miércoles, 21:00 horas). No es una decisión definitiva, pero sí una opción que ronda la mente de Carletto.
Supondría ir a Valencia con un talismán en el bolsillo. El Madrid no conoce la derrota con Aurélien en el centro de la defensa. Seis encuentros, para cinco victorias y el empate ante el Rayo. Único encuentro donde los blancos han encajado gol (uno) con el de Ruán lejos de su hábitat natural. “Ha entendido muy bien lo que necesita el equipo. Parece que siempre jugó ahí. Es muy inteligente. Le he contado que es una emergencia, a ver cuando no lo qué me dice de jugar como central...”, le alabó, con media sonrisa, el italiano tras el triunfo en Leipzig. En Mestalla no habrá escenario de “emergencia absoluta”, pero la precaución con Nacho y la confianza en la pareja francoalemana dibujan este escenario. Un muro ya examinado y sin fisuras.
De los seis partidos de Tchouameni como central, tres han sido con Rüdiger como escolta. Ante Osasuna (4-0), Alavés (0-1; Aurélien entró en el 65′ por expulsión de Nacho) y Mallorca (1-0), pleno. De victorias y de porterías a cero. Por algo a Ancelotti le seduce volver a emparejarles en Valencia. Con lagunas lógicas de la inexperiencia posicional, Tchouameni ha demostrado ser un central más que solvente. Y un tótem en el juego aéreo. “Contra el Atleti no teníamos centrales de altura, pero ahora sí con Tchouameni”. Lo dijo Ancelotti tras ganar al Girona. Lo dicen también los datos. En el Madrid, nadie intercepta más balones que Aurélien (1,6 por cada 90 minutos) y se cuelga la plata en duelos aéreos ganados (2,53, con 72% de éxito, frente a los 2,59 de Joselu) y en despejes de cabeza (con 1,2; Rüdiger, dos).
Del salón de su casa ¿a Mestalla?
El 18 tuvo que utilizar la realidad virtual antes de debutar como central ante Osasuna. Unas gafas en el salón de su casa para simular el enfrentamiento y trabajar en los mecanismos que no tenía interiorizados. El experimento funciona. Ya lo intuía Ancelotti cuando asumió que el Madrid no ficharía recambio para Alaba cuando se rompió el cruzado en diciembre. El internacional francés ‘reniega’, como antes lo hizo Camavinga con el lateral izquierdo, de su reubicación. Pero su rendimiento juega contra sí mismo.