Taquillazo, notoriedad, ciclón blanco… y un puñado de dudas
La derrota del Leganés ante el Real Madrid deja una buena cosecha en lo extradeportivo, pero una sensación rara en el verde. Borja lo demostró con más disgusto del habitual.
Pasado el ruido, solo queda el silencio. Y en el caso del Leganés, reflexiones, dudas y cierto ánimo crítico. También un buen taquillazo unido a un jugoso aumento de la notoriedad del club. Pero todo eso se daba ya por supuesto. Cuando el Real Madrid visita tu territorio, la exposición y expectación crecen. En el caso del Lega, aprovechando el rebufo de cuatro años de ausencia en la élite. Pero el balance institucional termina con el final del día. En lo deportivo, los pepineros aún tienen margen para hacer cavilaciones a propósito de lo que sucedió en el césped.
Con las redes de Butarque todavía caliente por los tres goles del Real Madrid, las de Borja Jiménez fueron de decepción mayor de la prevista. Tuvo la rueda de prensa del entrenador pepinero cierto tono de malestar creciente. Al técnico blanquiazul le molestó más el cómo, que el resultado final, algo previsible ante un rival de las hechuras de los merengues.
Aún así, tuvo su comparecencia algo más de colmillo con respecto a las anteriores. “¿Le vemos más disgustado que otros días?”, le preguntaron en rueda de prensa. “Me voy dolido porque tengo la sensación de que nos ha ido por detalles que podías controlar”, admitió Borja.
“Teníamos el partido controlado en defensa. Me duele especialmente por esa sensación de que se te va por detalles. No sé hacia donde habrá ido el partido sin esos detalles… es una sensación agridulce”, insistió reconociendo, además, que el ambiente en torno al partido invitaba a una resistencia más épica. Más trabajada.
Disolución progresiva
Y sí, hasta el minuto 42, con el gol de Mbappé y el fallo de Altimira, el Leganés había sabido maniatar e incluso disvolver el buen inicio merengue que cuajó en mucha posesión (rondó el 65% en esos compases iniciales), pero sin un asedio a la puerta de Dmitrovic. Una clara ocasión de Güler fue todo lo que se echó a la boca el vigente campeón de Europa hasta el error del defensa pepinero.
Pero en contraste con ese buen rendimiento atrás, fue el Leganés un equipo bisoño en ataque, sin apenas ideas y precipitado, que ya con el marcador en contra, tampoco fue capaz de generar peligro hasta irse disolviendo en un mar de impotencia que, ante el Real Madrid, acabó en goleada y decepción. Un pálpito similar a lo que sucedió tras caer en el Metropolitano (3-1 ante el Atlético) sólo que entonces se dio bastante más la cara. El Lega iba ganando 0-1 al descanso y la primera parte fue de mucha mayor alternancia que ante el Real Madrid.
Aquella visita al estadio del Atlético de Madrid supuso un punto y aparte para algunos jugadores, como Rosier y Javi Hernández, que desaparecieron de los onces. Ahora está por ver si los que no tuvieron su noche frente al Real Madrid pagarán los mismos platos rotos que entonces pagaron otros compañeros.
Consecuencias de futuro
Altimira quedó claramente señalado por su fallo en el 0-1 y el penalti no pitado sobre Vinicius. Tampoco anduvo fino Munir en ataque y Tapia, que jugó tras apenas un par de entrenos con el grupo, tampoco tuvo su día. Entre tanto, jugadores en perfecto estado como Cissé u Óscar no contaron con presencia en el césped frente a alternativas más defensivas y de un rendimiento más discreto como Julián Chicco.
Movimientos que llamaron la atención de un partido con mucho más ruido que nueces. Para la visita a Mendizorroza los blanquiazules esperan recuperar sensaciones y ser, de nuevo, el equipo competitivo que se vio ante Celta, Girona o Sevilla en anteriores jornadas.
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