Stuani da la cara por un Girona bipolar

El Girona tiene un delantero que se llama Cristhian y se apellida Stuani que más vale que le dure 100 vidas. El charrúa disputó 45 minutos, los primeros del amistoso ante el Nápoles, y fueron suficientes para dejar en pie, pese a la derrota, a un equipo que dejó pésimas sensaciones a seis días del debut liguero. Firmó un doblete y evitó un rapapolvo, como mínimo en el marcador, contra un Nápoles que fue muy superior. Lo positivo es que es pretemporada, aunque la primera media hora del encuentro fue para no repetir nunca más.

Y es que el inicio de partido fue desastroso por parte del Girona. Perdidos, con multitud de errores en la salida de balón y con un Nápoles voraz. Los de Conte les castigaron de tal manera que en solo 23 minutos les endosaron tres tantos. El primero llegó en el 4′ con un cabezazo, tras un córner, de Di Lorenzo y después De Bruyne firmó un doblete. Quizás uno de los más fáciles de su carrera porque el primer tanto se lo ’regaló’ Lukaku y el segundo fue tras rematar un balón suelto dentro del área.

Hasta el minuto 30, el Girona no mostró pulsaciones y se adentró en el partido. Fue persiguiendo sombras, a remolque de un Nápoles infinitamente superior hasta que llegó su primera ocasión: un tiro de falta, blando, de Tsygankov. En la ‘resurrección’ gerundense también pudo influir que el conjunto italiano, viéndose 3-0 en el marcador no quiso hacer demasiada sangre (dio la sensación que si hubiese mantenido el ritmo podrían haberle metido un carro), y levantó el pie del acelerador. A partir de ahí, Joel Roca se encargó de lanzar los ataques, aunque el jugador que mostró más amor propio fue el de siempre: Stuani.

El uruguayo, que sabe leer como nadie el área, firmó un doblete que metió de lleno a su equipo en el duelo antes del descanso. Pueden existir mil delanteros en el Girona, buscar un ‘9’, año tras año, en el mercado, pero Stuani es inmortal. Qué pena que no tenga 10 años menos (tiene 38). Eso sí, el olfato goleador no entiende de edades. A un toque es infalible y se encargó de dar dignidad a un Girona perdido.

Tras el descanso llegó un momento esperado: el debut de Vítor Reis. Se incrustó en el centro de la defensa durante unos minutos junto a Krejci y dio la sensación que ese va a ser su lugar durante todo el curso. También apareció Lemar. Los dos, firmados a préstamo (junto a Hugo Rincón) este curso, están llamados a dar un salto de calidad a la plantilla rojiblaca y lo cierto es que entonaron, un poco más, al Girona.

También fue un excelente noticia la reaparición, tras su lesión, de Iván Martín. Los gerundenses, se mostraron más intensos, con mayor proyección en campo contrario, aunque tampoco pusieron en demasiados apuros al meta del Nápoles, Meret, más allá de una buena oportunidad de Rincón en el 81’. No estaba Stuani en el campo y sin él, no hay pegada.

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