Sorloth, contra su pasado
El delantero noruego regresa con el Villarreal a la que fue casa las dos últimas temporadas, siendo clave en la clasificación de la Real Sociedad para la Champions League.
¿Quién echa más de menos a quién? La pregunta resuena como si viniera de ultratumba de manera machacona por los pasillos de Zubieta y el Reale Arena. Una y otra vez. Cada semana que pasa sin que los delanteros de la Real Sociedad vean puerta. Cada semana en la que desde Donostia se ve desde la distancia a Alexander Sorloth marcar. Y piensan en lo que pudo ser y no fue. Porque hubo un tiempo en el que el club txuri-urdin y el delantero gigantón noruego del Villarreal se entendían a las mil maravillas. Y ahora se añoran. Cualquier tiempo pasado fue mejor, que suelen decir, ¿verdad?
Los números cantan por sí solos. Sorloth lleva marcados diez goles esta temporada. Entre su sustituto en verano, André Silva, y Sadiq apenas llevan tres dianas. Desde ese punto de vista, parece evidente que la Real Sociedad se equivocó no apostando de verdad por el gigantón noruego. Más si cabe cuando Imanol Alguacil estaba encantado con su continuidad. Tardó en reaccionar la dirección deportiva, entendiendo que había otras vías mejores, y Sorloth decidió aceptar la oferta que tenía encima de la mesa del Villarreal desde semanas atrás. Pero el tiempo pone a cada uno en su lugar. Y así llega el nórdico, después de superar unos pequeños problemas físicos, a la que fue su casa las dos últimas temporadas, un lugar en el que siempre dijo estar encantado. Y en el que siempre rindió, a pesar de no partir como el delantero titular y estar siempre en tela de juicio. Marcó 23 goles como realista, 16 la pasada campaña, teniendo un papel crucial en la clasificación txuri-urdin para la Champions (sigue el partido de hoy en directo en As.com).
Sí, en el día de su vuelta al Reale Arena, aunque de inicio estará en el banquillo, hay que reconocer que la Real le echa mucho de menos. Porque ninguno de sus sustitutos ha logrado tapar el hueco que dejó en verano. ¿Dónde estaría está Real sólo con esos diez goles que lleva a estas alturas? Pero probablemente Sorloth también echa de menos al club donostiarra. Poder disfrutar en esa Champions que él se ganó vestido de txuri-urdin y tener la estabilidad en el banquillo que le daba Imanol, que siempre apostó ciegamente por él. En Vila-real ha tenido cuatro entrenadores, y el último, Marcelino, ya le ha dejado varios recaditos públicamente que no reflejan precisamente una gran sintonía.
Su primera temporada en el submarino amarillo está siendo de locos: lejos de Europa, dando una de cal y otra de arena y compitiendo de manera irregular en la Europa League. Por abajo no parece que vaya a pasar apuros, pero por arriba tiene lejos la pelea europea. Algo impropio de todo un Villarreal. Y enfrente ‘su’ Real, que sí está peleando por lo que se le supone, por Europa. Aunque sea con más dificultades de lo previsto, también por la exigencia de compatibilizar la Liga con la Champions y con el sueño de llegar a otra final de Copa.
Porque, aunque se juegue esta noche defender su sexta plaza y seguir metiendo presión a la pelea de Champions, no pierde de vista que el martes que viene juega un partido decisivo que puede marcar el resto de su temporada, con la vuelta de la semifinal copera contra el Mallorca. Habrá que ver cuánto piensa Imanol en ello. La victoria también es necesaria para empezar a caldear el ambiente y prepararse para la gran cita. Todavía, eso sí, sin Oyarzabal, con el que curiosamente se entendía a las mil maravillas Sorloth. Y junto a Kubo hicieron un tridente de lujo. Hay muchas bajas por ambos bandos: Odriozola, Aihen Muñoz, Elustondo, Carlos Fernández y la ya comentada del capitán en el lado local, y Pino, Denis Suárez, Ramón Terrats, Foyth y Pedraza en el visitante. Seguro que el nórdico observa todo con una mezcla de resignación y envidia sana. Sorloth juega está noche contra su pasado, que bien pudo haber sido su presente.