Sin piedad con Xavi y su staff
Laporta atacó la preparación física que dirigía Iván Torres y acusó al entrenador de no sacarle suficiente rendimiento a la plantilla, especialmente a João Félix; y de falta de disciplina interna del grupo.
Aunque Laporta aparentó despedir con elegancia a Xavi, a quien ratificó como leyenda barcelonista, gran culé y del que, aseguró, tiene “las puertas abiertas” y espera seguir manteniendo una buena relación cuando pase el dolor del despido, el presidente del Barça trufó la entrevista concedida a los medios oficiales de dardos envenenados al día a día del técnico y su equipo en el vestuario.
Laporta empezó por justificar la destitución en el cambio de discurso. Aquella famosa rueda de prensa en la previa del partido ante el Almería en la que Xavi sacó bandera blanca con el Madrid (“el culé debe saber que estamos en una situación muy difícil”) fue considerada poco menos que una traición, ya que en la famosa noche del sushi el técnico le había asegurado que podía luchar por todo con este Barça. Al cambio de discurso, Laporta añadió el volantazo de Xavi en la planificación. El técnico pidió unos cambios “sustanciales” que, inicialmente, no había diseñado así con Deco. Además, el presidente recordó que, en su día, Xavi “nos dijo que no se veía capaz de aguantar la presión”; y habló de que la ratificación se había producido de manera “forzada”. Un eufemismo de que la confianza en el entrenador era muy débil.
Pero Laporta fue a más en su discurso y atacó el trabajo específico del técnico y sus ayudantes. Por un lado, habló de la necesidad de “mejorar la disciplina interna”, un ataque claro a las normas de convivencia del vestuario, una de las primeras reglas que Xavi había prometido cambiar radicalmente a su llegada y que, según el presidente, no había trabajado bien. Luego fue a por la preparación física. “Los jugadores tienen que estar mejor preparados en ese aspecto”. Y denunció que el equipo se caía en el minuto 60 de cada partido. También mandó mensajes indirectos. “Flick hará un esfuerzo por profesionalizar más nuestro equipo. Prepara muy bien a sus jugadores, también a los que no juegan”. Aunque no lo pareciese, Laporta tenía algún mensaje guardado para Xavi. “Si él rectificó, nosotros también podíamos rectificar”.
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