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SEVILLA - BARCELONA

Sevilla-Barcelona y una noche de venganzas... fuera del campo

Los de Nervión prohíben a los hinchas que porten distintivos azulgranas más allá de la zona visitante. Y se prevé desplante en el palco.

Pepe Castro junto a Joan Laporta y Manuel Vizcaino, en una Asamblea de LaLiga.

Sevilla y Barcelona disputan este domingo un partido insípido y repleto de despedidas que encabezan los dos técnicos de la contienda, Quique Sánchez Flores y el recién despedido Xavi Hernández. Puede decirse que el mayor morbo existirá en las gradas y en el palco, más allá del césped, con una noche de venganzas consumadas o por consumar.

Revanchas que sufrirán los aficionados, para empezar. El Sevilla informó de que los hinchas del Barça que acudan al encuentro solo podrán exhibir distintivos de su equipo en la zona visitante del graderío del Ramón Sánchez-Pizjuán. “A todos aquellos aficionados que acudan a otras zonas del estadio, se les serán consignados dichos distintivos, procediéndose a su devolución tras el partido”, avisa el club nervionense.

La medida, que toma el Departamento de Seguridad, no es más que una respuesta a lo ocurrido en Montjuïc durante el entrenamiento de ambos equipos en la primera vuelta. El Barcelona, entonces, no permitió que los sevillistas que salpicaban el estadio de La Montaña vistieran camisetas o llevaran bufandas y banderas de su equipo.

Los prolegómenos de aquel encuentro del 29 de septiembre, que terminó con victoria azulgrana por un autogol de Sergio Ramos, anduvieron movidos por la decisión de la directiva de Sevilla de no sentarse en el palco junto a Joan Laporta para protestar por los “hechos probados” del caso Negreira. En un comunicado, los de Nervión mostraban “su total indignación y repulsa por las prácticas realizadas por los exdirigentes del FC Barcelona imputados por el caso Negreira, prácticas que supuestamente constituyen delito para el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, según recoge el auto difundido en los medios de comunicación”. Y añadían que no se sentarían en la zona noble.

El Barça se enfadó por aquello y anunció que “rompía relaciones” con el Sevilla. De momento no habrá tradicional comida entre clubes. Y lo previsible es que los directivos culés que acudan al Sánchez-Pizjuán devuelvan el desplante y decidan presenciar el encuentro en la grada, junto a la afición. Una hinchada, la sevillista, que por cierto prepara varias medidas de reproche a su propio Consejo, como entrar el campo una vez comenzado el partido o vestir de negro.

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