Seferovic vuelve para frenar el sueño de Champions de la Real
Brais Méndez se reencuentra con ‘su’ Celta, que llega al Reale Arena en con algunos apuros. Iago Aspas, ante una de sus ‘víctimas’ favoritas.
Haris Seferovic es un delantero suizo que llegó a la Real Sociedad el verano de 2013 como refuerzo de campanillas para jugar la Champions League. Es imposible que la afición txuri-urdin olvide su participación capital en la eliminatoria previa contra el Olimpique de Lyon. Marcó un soberano golazo desde su casa en el partido de ida en Gerland, y todos se frotaban las manos con la sociedad que se vislumbraba podía llegar a formar con Griezmann y Vela. Ahí se quedó la cosa. Fue un espejismo, porque poco más hizo el suizo en San Sebastián. Acabó con ocho goles, acabó pasando desapercibido y siendo más protagonista por sus líos extradeportivos que por su rendimiento deportivo. Imposible olvidar el revuelo que montó colgando en sus redes sociales una foto con una botella de Jack Daniels. Fue una pena, porque todos en Zubieta decían lo mismo: tenía un potencial terrible, pero desaprovechado. Lamentablemente, lo saco después, al marcharse de la Real. Bien, pues este Seferovic regresa ahora al Reale Arena como compañero de fatigas de Iago Aspas en la delantera del Celta (sigue el partido en directo en AS.com). ¿Tendrá alguna cuenta pendiente en San Sebastián?
No se espera que el suizo sea titular en el Reale Arena, aunque los ratitos que ha jugado han sido destacados por su entrenador, Carlos Carvalhal. Pero todo apunta a que sólo puede haber un cambio en el equipo vigués, el de Unai Núñez, única novedad en la convocatoria, por Renato Tapia. Todo para dar continuidad a las buenas sensaciones de las últimas jornadas, y repetir por qué no la sorpresa que dio en el Villamarin ganando al Betis, un rival directo por los puestos europeos de la Real. Que nadie se fíe de este Celta que pelea por salir de la zona baja, y que cuenta con un Aspas al que se le da bien el equipo donostiarra y San Sebastián.
Pero el de Seferovic no será el único reencuentro de la hora de comer en el Reale Arena. El otro si cabe pinta a más especial y relevante, aunque ya se vieron en el partido de la primera vuelta en Balaidos. Brais Méndez no es un jugador más para el Celta, es uno de sus canteranos ilustres de los últimos años. Ahora le ha cogido el testigo un Gabri Veiga que no para de crecer y sorprender a todos. Brais se enfrentará a su heredero en el momento más bajo desde que llegara a la Real Sociedad, aunque contra el Espanyol ya se le vio mejorado. No marca tantos goles como en la primera vuelta, y le está costando gozar con la pelota. Pero sigue siendo capital para Imanol Alguacil y este equipo realista que sigue encaramado a la tercera plaza, soñando con aguantar hasta el final y regresar a la Champions.
Al final, como se esperaba, el oriotarra no recupera a ningún lesionado más. Pacheco y Gorosabel habían vuelto a entrenar con el grupo, pero les falta ritmo de competición, y el lateral derecho de Arrasare encima sufrió un percance en la última sesión que le hace volver a entrar en la enfermería. Repite convocatoria Imanol, no parece que vaya a ser lo mismo con el equipo. Alex Sola puede volver al lateral derecho, a pesar de que el centenario Barrenetxea había ocupado con acierto un puesto que no es el suyo. Y es difícil pensar que Mikel Merino vaya a repetir como suplente después de su vuelta de la semana pasada. Juega al despiste el entrenador de la Real, porque busca volver a ganar delante de su afición después del inesperado pinchazo contra el Valladolid.
El Celta llega al Reale Arena dándole vueltas todavía a la derrota del pasado domingo contra el Atlético cuando tenía a los colchoneros en la lona. Los cuatro primeros clasificados de la Liga son la asignatura pendiente del equipo olívico esta temporada y aún no les ha arañado ni un solo punto. Carvalhal presentará su once de gala. El eterno Iago Aspas, que le ha marcado 11 goles a la Real en 22 duelos, llevará como siempre la voz cantante. El delantero de Moaña está ante su ‘víctima’ favorita junto a Barcelona y Sevilla. Su participación, por tanto, se antoja, más importante que nunca.