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BARCELONA

Se cumplen diez años de la aprobación de la reforma del Camp Nou

El Espai Barça tuvo el respaldo del 72% de los socios que votaron en el referéndum. “Hemos ido muy tarde porque tenemos un entorno autodestructivo”, lamenta el ex director del área social, Pere Jansà, sobre la lentitud que ha marcado el proyecto

20/01/24 
OBRAS AMPLIACION REMODELACION CAMP NOU BARCELONA
FC BARCELONADiarioAS

Hoy hace exactamente diez años, un 5 de abril de 2014, los socios del FC Barcelona fueron llamados a las urnas para votar en referéndum si aprobaban la remodelación del Camp Nou, su casa desde septiembre de 1957. Un hogar que se había ido deteriorando con el paso de los años y que no permitía una explotación adecuada a los nuevos tiempos en los que a instalaciones deportivas se refiere y que a día de hoy es imprescindible para poder cuadrar los números.

Estaban convocados más de 118.000 socios y solo votaron 37.535 personas. Las papeletas con el ‘sí’ sumaron 27.161, se contabilizaron 9.589 con el ‘no’ y hubo 751 votos en blanco y 34 votos fueron nulos. “Guardo un gran recuerdo de ese referéndum. Desde un punto de vista organizativo, porque era la primera vez que sacábamos del estadio los puntos de votación, a nivel institucional porque existieron todas las garantías y garantizamos toda la información a los socios. Hubo democracia y una transparencia muy grande. Y, como tercer punto, diría que nosotros hicimos un proyecto que a nivel financiero se podía abordar sin problemas. Era muy solvente”, recuerda para AS, Pere Jansà, ex director del Área Social del club.

El ex ejecutivo del FC Barcelona explica, además, que para esa junta directiva esa consulta a los socios era una manera de ratificarlos. “Rosell había dimitido en enero y estábamos un poco en falso. Esa votación fue como un aval para Josep Maria Bartomeu, que lo reemplazó en la presidencia”.

Diez años después, el Espai Barça parece que ya ha cogido la velocidad de crucero deseada. Hace meses que las grúas de Limak trabajan a destajo en el Camp Nou porque el reto, muy difícil, es que el equipo vuelva a jugar en el estadio en noviembre de este año. Eso sí, no hay que olvidar que las obras no empezaron hasta diciembre de 2022, cuando inicialmente estaba previsto que lo hicieran en 2017.

Pere Jansà tiene un diagnóstico muy claro, y triste, del por qué del retraso y la lentitud en el proyecto. “Hemos ido muy tarde porque tenemos un entorno autodestructivo. Pasa lo mismo en la sociedad catalana. Nos disparamos en el pie. En el 2015 ganamos el triplete y en 2016 Bartomeu tuvo que someterse a una moción de confianza en la Asamblea de Compromisarios. Con la situación de inestabilidad que se creó no se podía avanzar con el Espai Barça. Perdimos unos años preciosos. La oposición solo se dedicó a atacarnos y a debilitar a la junta. Por eso vamos tarde con el estadio. Somos el único gran club europeo con un estadio viejo. Es una pena y un problema que tenemos los catalanes y los barcelonistas. Siempre estamos divididos y no podemos ir juntos en nada”, lamenta.

Además del retraso en las obras, también se ha encarecido muchísimo el proyecto. La directiva actual mantiene que las previsiones de la anterior no eran para nada realistas. Hay que recordar que el presupuesto inicial del proyecto eran 600 millones de euros. 200 salían de la propia explotación del Espai Barça, 200 más de un crédito bancario y los otros 200 con la venta del nombre del estadio (‘title rights’). “Goldman Sachs era avalador. Era un proyecto muy sostenible. Al final lo tuvimos que actualizar y con algunos cambios llegó a 815″, afirma Jansà. Al final, la obra llegará a los 1.500 millones de euros, la financiación máxima permitida tal y como aprobaron los socios del club en otro referéndum.

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