Se cumplen cuatro años de unos días frenéticos en el Barça por el futuro de Messi

El 4 de septiembre de 2020, en una entrevista a Goal.com, Leo Messi confirmó que se quedaba en el FC Barcelona. Lo hizo a regañadientes porque por esos días su deseo era cambiar de aires y poner fin a su relación con el club de su vida, en el que se había convertido en el mejor futbolista del mundo y con el que había logrado todos los títulos imaginables. Messi y el Barça eran casi un matrimonio perfecto y que ya duraba dos décadas. Formado en la cantera, el argentino fue escalando y saltándose niveles hasta llegar al primer equipo. Debutó con Rijkaard y se hizo el mejor bajo los mandos de Guardiola.

Pero tras finalizar esa temporada, Messi dijo basta. Lo que pasó en Lisboa contra el Bayern de Hansi Flick, el famoso 8-2, fue la gota que colmó el vaso. “Se lo llevo diciendo todo el año a Bartomeu. Creía que era el momento de dar un paso al costado. Creía que el club necesitaba más gente joven, gente nueva”. Además, en su opinión: “Hace tiempo que no hay proyecto ni hay nada, se van haciendo malabares y van tapando agujeros”, afirmó en ese momento.

Antes de la entrevista el 4 de septiembre, en Barcelona se vivieron días muy frenéticos. El runrún sobre el deseo de Messi de poner punto y final a su relación con el club azulgrana ya estaba instalado en el ambiente y todo soltó por los aires cuando el 25 de agosto, sus abogados mandaron un burofax al Barcelona en que expresaba su deseo de irse. En ese momento pensaba que lo podía hacer gratis porque en su contrato figuraba que recibiría la carta de libertad al final de esa temporada pero que debía avisar antes del 10 de junio si quería irse.

Y aquí empezaron los problemas porque esa temporada fue la de la pandemia y por esa fecha el equipo todavía estaba disputando la Liga. Messi no avisó y el Barcelona se agarró a eso para exigir que si quería irse algún club debería pagar su cláusula de rescisión, que eran 700 millones de euros. LaLiga de Javier Tebas se posicionó a favor del Barcelona y en unos días complicados por todas las partes con visitas a despachos de abogados y a la sede de LaLiga, finalmente Messi dio el paso de quedarse. Y lo anunció un 4 de septiembre.

“Jamás iría a juicio contra el club de mi vida, por eso me voy a quedar en el Barcelona”, afirmó. Además de no querer librar una batalla legal contra el club azulgrana, Messi no quería cerrar de la peor manera su salida del Barça. El argentino se quedó y se puso a las órdenes de Ronald Koeman para afrontar la temporada 2020/21.

Y que, curiosamente, acabaría con Messi marchándose al PSG pese a que quería renovar con el FC Barcelona después de la llegada a la presidencia de Joan Laporta. Pero el club azulgrana ya estaba muy tocado económicamente y no podía afrontar su contrato ni inscribirlo en la competición.