Se busca delantero

El fútbol se decide en las áreas y, hoy por hoy, el área rival es territorio prohibido para el Getafe. La derrota de este sábado ante el Espanyol (0-1) no solo supone perder tres puntos ante un rival directo, sino la confirmación de una realidad que lleva semanas sobrevolando el sur de Madrid: este equipo necesita gol, y lo necesita ya.

El marcador es doloroso, pero la estadística es dramática. El público del Coliseum tuvo que esperar hasta el minuto 93 para ver a su equipo rematar entre los tres palos. Y ni siquiera fue una jugada trenzada o un gesto técnico de calidad; fue un balón que llegó a portería de rebote, casi por accidente, como metáfora perfecta de la impotencia ofensiva que asola al equipo. Durante más de noventa minutos, el Getafe fue un quiero y no puedo, un ejército sin artillería.

Una delantera con la pólvora mojada

La planificación deportiva se encuentra ahora en búsqueda de delantero. La nómina de atacantes, sobre el papel, debería ofrecer garantías, pero la realidad del césped dicta sentencia. Borja Mayoral, el gran referente y esperanza del gol azulón, sigue luchando por encontrar continuidad en su mejor nivel. Su voluntad es innegable, pero su chispa, esa que le llevó a pelear el Zarra, parece intermitente.

Por otro lado, Juanmi llegó para aportar experiencia y mordiente, pero su influencia en el juego está siendo testimonial. No encuentra los espacios, no conecta con la medular y, lo más preocupante, no finaliza. Y en cuanto a la juventud, Liso aporta descaro y velocidad, pero cargar la responsabilidad ofensiva de un equipo de Primera División sobre los hombros de una promesa en formación es una apuesta demasiado arriesgada cuando los puntos empiezan a urgir.

Enero: prohibido fallar

Con el mercado de invierno asomando en el horizonte, la directiva del Getafe tiene una misión crítica. Ya no se trata de buscar un complemento o un fondo de armario; el club necesita un titular indiscutible. Un ‘9’ que no necesite periodo de adaptación, que conozca el oficio y que transforme en oro los pocos balones que merodean el área.

La derrota ante el Espanyol debe servir como punto de inflexión. Si el primer tiro a puerta llega en el descuento y de carambola, el diagnóstico es claro: el paciente está grave. El margen de error se ha consumido. La dirección deportiva tiene un mes para trabajar en una solución, porque afrontar la segunda vuelta con esta sequía goleadora no es solo un riesgo, es una condena.

El Getafe compite, corre y pelea, eso es innegociable en este club. Pero sin goles no hay paraíso, y mucho menos, permanencia tranquila. El casting para el nuevo delantero debe empezar hoy mismo.

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