Rüdiger y Tchouameni caen de pie
El alemán y el francés fueron titulares con el Real Madrid y, pese a la derrota contra el Barcelona, dejaron buena imagen y estar integrados. El teutón, sorpresa como lateral izquierdo.
El Real Madrid 2022-23 ya ha echado a andar, lo hizo el pasado 8 de julio con el inicio de la pretemporada y en la madrugada del sábado al domingo dio otro paso con la disputa del primer amistoso de la preparación, ante el Barcelona en Las Vegas (Estados Unidos). Un duelo que finalizó con derrota por 0-1 (gol de Raphinha), que evidenció una vez más que al Madrid le va a costar generar en ataque cuando no tenga a Benzema en el campo (el francés, que se incorporó tarde a la pretemporada, no jugó) y en el que se pudo ver por primera vez de blanco a los dos fichajes de este verano: Rüdiger y Tchouameni. A falta de más y mejores pruebas, la sensación fue la de que ambos han caído de pie en el Madrid.
Ambos fueron titulares y disputaron los primeros 45 minutos del partido; en el descanso se quedaron en el banquillo, cediendo sus sitios a Mendy y a Casemiro, respectivamente. Una pequeña señal que indica que ambos parten bien posicionados en la cabeza de Ancelotti para ser parte del once titular en los partidos oficiales, empezando por el primero del curso, esto es, la Supercopa de Europa ante el Eintracht de Frankfurt el próximo 10 de agosto en Helsinki (Finlandia). Ancelotti ya avisó de que, en el amistoso de la pretemporada del 30 al 31 de julio contra la Juventus, jugará un equipo muy similar al que se jugará el primer título de la temporada. La pelea de ambos ahora pasa por estar en el once inicial de ese duelo contra la Juve.
Rüdiger, sorprendente lateral
El once de Ancelotti no generó demasiada sorpresa; sí lo hizo la disposición que adoptó la defensa en el campo, pues cuando todos imaginaban que el lateral izquierdo iba a ser Alaba y que Rüdiger actuaría como central, quedó claro que era al revés. El alemán inició su andadura de blanco como carrilero zurdo. “Me ha gustado mucho Rüdiger. No estoy loco, y él es muy inteligente. En esa posición puede jugar, como también puede cambiarse durante el partido con Alaba. No lo han hecho hoy, porque ha estado bien”, explicó Ancelotti tras el duelo, apuntando que su idea inicial pasa por mantener a Alaba como central: “Jugará de lateral izquierdo sólo cuando haya necesidad. No quiero cambiar la pareja del año pasado”.
Así las cosas, Rüdiger ya sabe que parte como lateral izquierdo, si bien también cabe la opción de que Ancelotti utilice en determinados momentos un esquema de tres centrales, algo a lo que él está muy acostumbrado tras su paso por el Chelsea de Thomas Tuchel. Por lo pronto, su principal competencia ahora mismo no son Nacho y Vallejo, sino Mendy, un especialista de la posición que, presumiblemente, perderá mucho peso en el curso que está a punto de arrancar.
Rüdiger se supo desenvolver bien como lateral, pese a que es diestro y, por tanto, le costaba tener salida natural de pase cuando estaba junto a la cal. Le tocó bailar con un Raphinha bastante inspirado, que le dio mucho trabajo. Lo resolvió bastante bien la mayoría de las veces, y estuvo poderoso por arriba para cortar varios balones envenenados que buscaban superarle para aprovechar las apariciones en su espalda. En ataque sufrió la falta de ideas del Madrid para llegar, aunque se permitió una de sus clásicas cabalgadas, tras pase de Camavinga, para presentarse en la frontal del área del Barcelona y probar su disparo, que se marchó desviado.
Aunque sin duda lo que más quedó de Rüdiger en el partido fue el carácter que mostró en la tangana que se formó después de que Vinicius recibiese una dura patada en la frontal del área del Barcelona. El alemán se enzarzó con Araújo y no se amilanó, hasta el punto de que Courtois lo destacó tras el duelo: “Me parece un jugador buenísimo, aporta mucho. Y tiene mucha personalidad e intensidad, se ha visto bien claro...”.
Tchouameni lo hizo todo fácil
El que sí jugó en su posición natural fue Tchouameni, acompañando en el centro del campo a Valverde y Camavinga, formando el mediocampo que debe dirigir la sala de máquinas del Madrid en los próximos años, cuando el tridente formado por Casemiro, Kroos y Modric llegue a su fin. El francés actuó como ancla del equipo y se vio desde el principio que no tenía ninguna intención de meterse en líos. Todo lo que hizo lo hizo con sencillez, apoyándose en el compañero mejor colocado y luciendo en ciertos momentos su buen desplazamiento en largo, sobre todo para encontrar a Rüdiger en la izquierda.
Por arriba lució su talla y donde más le costó fue a la hora de cortar las progresiones ofensivas del Barcelona, síntoma claro de la falta de ritmo general del equipo. Es una de sus mayores virtudes y así lo lució en Francia, sus estadísticas como recuperador acabarán creciendo con el tiempo. Su batalla ahora pasa por desbancar a una leyenda como Casemiro, una tarea complicada. Pero por lo pronto, el primer asalto se lo llevó él con esta titularidad en el Clásico.