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Ronaldo, fenómeno, haz algo

El Real Valladolid volvió a demostrar en La Cerámica que es muy inferior a muchos de los rivales de LaLiga. Los cinco goles encajados son sólo el reflejo de lo que hay en el campo, de la plantilla que ha montado Catoira, con los mimbres que le ha entregado, al final, el dueño, Ronaldo Nazário. Lo podía decir más alto Diego Cocca, entrenador pucelano, pero no más claro: “La realidad está en la cancha”, justo antes de volver a abrir más dudas, si cabe, sobre su continuidad y no porque el club lo pueda destituir, sino porque el argentino, por vergüenza torera, o más bien por dignidad, puede estar pensando en dimitir.

El Real Valladolid ante el Villarreal se disolvió como un azucarillo cuando encajó el primero gol en el minuto 40, cerca del descanso, y a partir de ahí fue un juguete en las manos de un Villarreal muy superior, que hizo todos los goles que quiso y que no tuvo ningún problema para llevarse la victoria. La ‘manita’ borra de un plumazo un primer tiempo donde los blanquivioletas jugaron de tú a tú y no pudieron adelantarse en las ocasiones que tuvieron. Ayoze, en una jugada que señala a los futbolistas, aprovechó un saque de banda para marcar y despejar el camino a la victoria y a la goleada. Ahí, en el descanso, el partido ya se había acabado porque la segunda parte fue un suplicio, un vendaval de un equipo que va con el viento a favor frente a otro lleno de fantasmas, de jugadores completamente desbordados y que, mentalmente, están derrotados.

Cocca se piensa su continuidad como entrenador del Real Valladolid y tiene razones para ello porque aunque supiera dónde venía, la realidad es que el equipo hoy es más débil si cabe que cuando llegó. En este mercado de invierno lejos de reforzarse, a poco más de 48 horas para que se cierre la ventana, la plantilla parece más floja, todavía. No es cuestión de decir si los jugadores son mejores o peores, sino que los futbolistas demuestran ser peores que la mayoría de sus rivales... Los dos fichajes, hasta ahora, son un jugador que fue operado la temporada pasada de la rodilla y que llevaba 45 días sin competir y otro que lleva más de un año sin jugar más que un minuto... Y, así, es imposible.

Y Ronaldo a lo suyo en la semana en la que volvió a aparecer el rumor en Brasil de que está a punto de vender. Alguna de vez será verdad, pero mientras tanto el club sangra y se desangra, los futbolistas, y, sobre todo, sus dirigentes, arrastran por el barro un escudo, una camiseta histórica que no merecen por muy fenómenos que hayan sido. Sí, Ronaldo es culpable. Si está en el día a día como siguen señalando en el club, malo, es el máximo responsable, no ve los graves problemas que acechan a la entidad y que vienen arrastrándose desde hace varios años, con una escabechina económica de la que tarde o temprano tendrán que dar cuenta. Y el brasileño no hace nada. Si ya no está al tanto, peor, porque cada día, cada semana, su club, su “inversión” vale menos. Por lo tanto, Ronaldo, fenómeno, aunque sólo sea por una cuestión de egoísmo, haz algo, da un golpe encima de la mesa para proteger un club que es tuyo accionarialmente y que tiene jodidos a los 24.000 abonados y a toda una ciudad. Gran aval para presidir la CBF.

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