Rodrygo: se multiplica la competencia en el ataque
El aterrizaje de Mbappé y de un Endrick que llega en un punto más maduro de lo que lo hizo el propio Rodrygo y Vinicius complica la ecuación ofensiva.
Rodrygo enfila una temporada decisiva. Tras un curso donde ha lucido la vitola de titularísimo por primera vez, aterriza Mbappé y Vinicius es inmutable. También se suma Endrick a la ecuación blanca, cada vez más pulido, con el colmillo afiladísimo con la verdeamarelha, con un estatus más rimbombante al que acompañaba a Vini y al propio Rodrygo a su llegada y con el convencimiento de que tiene mimbres suficientes para pelear. El de Taguatinga no contempla una cesión. Tampoco un paso por el Castilla como sí hicieron sus compatriotas en 2018 y 2019. El de Osasco es un futbolista de consideración planetaria, 12º más valioso del mundo con una tasación de 110 millones de euros, pero se le multiplica la competencia.
Ancelotti ya comienza a plantear cómo colocar todas las piezas. Una de las opciones en su libreto táctico es el regreso al 4-3-3 ‘made in BBC’. Ahí, Vinicius ocupará el perfil izquierdo, Mbappé el carril central y Rodrygo la banda derecha. Para el italiano, el Rayo es fundamental. “Es una pieza muy importante para nosotros y lo será en el futuro, no hay ninguna duda”, sintetizó para aplacar cualquier rumor. Más allá de por su olfato (ha terminado la temporada con 17 goles y 9 asistencias), el de Reggiolo está encantado con todo lo demás. Con la capacidad asociativa que le convierten en un Benzema a la brasileña. Pero Carletto tendrá mucha dinamita en el banquillo. No sólo Endrick, también Brahim, Joselu o Güler (apuesta por sí mismo de nuevo y evita escuchar las peticiones de cesión que se le acumulan) anhelan los minutos que el tridente francobrasileño dejen vacantes. Amén de buscar rascar titularidades. En total, siete atacantes. Y a la hora de agitar el árbol, Ancelotti tiene tendencia a mirar hacia Rodrygo.
En una temporada donde el 11 ha disputado 51 partidos, segundo por detrás de los 54 de Valverde, sólo 11 de los 43 en los que ha sido titular los ha disputado al completo. Una dinámica potenciada de manera exponencial en el tramo decisivo de la campaña: en los 27 partidos jugados por Rodrygo en 2024, apenas disputó los 90 minutos ante Osasuna, Alavés y Betis, con la 36 ya embolsada matemáticamente en los dos últimos. Por aportar contexto, Vinicius ha completado 14 de los 35 encuentros de su temporada. El 40%, frente al 21,6% de Rodrygo.
Este verano, prueba de fuego para arrancar la 2024-25 a pleno rendimiento. El futbolista está lleno de confianza e ilusionado por ser el 10 de Brasil, el dorsal de Pelé, en la Copa América (20 de junio-14 de julio). Una Canarinha donde aspira a ser uno de los líderes de Dorival. En la madrugada del miércoles al jueves, duelo ante Estados Unidos. A partir de ahí, fin del fuego amigo. Frente a Costa Rica, el día 25, pistoletazo de salida. Rodrygo busca su primer gran trofeo con la selección. Y a su vuelta a Madrid no teme a la competencia: “Es posible jugar todos juntos. Ancelotti encontrará la manera. Los buenos jugadores tienen que jugar juntos”.
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