Rodrygo ‘saluda’ a Ancelotti
El brasileño cumplió su penitencia por el desplante en Vila-real y se gana el perdón con un gol a lo Ronaldo. Un talento vital en los planes de ‘Carletto’.
Como si fuera la panza de un Buda, pero en versión futbolística y brasileña. Cuando Rodrygo terminó su participación en una de las entrevistas postpartido de Ronaldo Nazario durante el Mundial, vio su oportunidad: antes de despedirse, frotó sus manos con las rodillas del Fenómeno y luego se tocó las suyas. A ver si algo del polvo mágico que desprendía el hoy presidente del Valladolid cuando era imparable se trasladaba por ósmosis a su propio juego.
Pues el derbi demostró que las supersticiones nunca están de más. Rodrygo se sacó de la manga un gol ronaldiano al cien por cien. Regate, otro regate y definición genial con el exterior para salvar la estirada desesperada de Oblak. Aires a San Lázaro en aquella noche de 1996. Una maravilla para ganarse el perdón.
Para Rodry, golazo aparte, era un actuación necesaria para aliviar el desplante que le hizo a Ancelotti en La Cerámica. Pagó penitencia de banquillo en Bilbao y en este derbi, pero cuando salió en ambas noches hizo propósito de enmienda. En San Mamés dio la asistencia a Kroos para liquidar el partido con el 0-2. Un inicio llevado a su máxima expresión salvando el matchball al que se enfrentaba su equipo, a minutos de caer eliminado por el Atleti. De paso, ha igualado los nueve goles que hizo en toda la temporada pasada. Pelillos a la mar, dirá seguramente Carletto. En especial, porque es esencial para sus planes de sostener este enorme esfuerzo al que está obligado el Madrid en un mes de encadenar semifinales de Copa con el Mundial de Clubes y esa eliminatoria contra el Liverpool, más este peligroso duelo del domingo contra la Real en Liga.
La noche no fue completa para el brasileño porque se fue tocado tras sentir un pinchazo en el minuto 114′. Mañana pasará una prueba para ver si hay lesión. La magia de Ronaldo también tenía estas cosas.