“Rodri de niño entrenaba con un rigor brutal; con 12 años tenía conversaciones profundas de táctica”
Fran Alcoy, el primer entrenador que el Balón de Oro tuvo en la cantera del Atlético de Madrid, habla con AS del que fue su pupilo: “Tenía unas condiciones innatas y era muy inteligente”
Fran Alcoy (Massanassa, Valencia, 24-6-1968) fue el primer entrenador de Rodri en la cantera del Atlético de Madrid. Como el propio Balón de Oro ha reconocido en varias entrevistas a lo largo de su carrera, Alcoy fue el entrenador que lo fijó en la posición de pivote defensivo. No han pasado ni 12 horas desde que su pupilo fuese coronado mejor jugador del mundo y el técnico hace un hueco en su agenda para atender a AS en la víspera de que su actual equipo, el Águilas, reciba al Castellón en la primera eliminatoria de Copa.
¿Cómo recibió la noticia?
Con mucha alegría, con mucho orgullo de que un jugador al que tuve el privilegio de haber entrenado haya conseguido este galardón tan merecido. Y también con la inmensa felicidad de que muchos años después hayan dado el premio a un español.
¿Ha podido hablar con él?
Aún no. Hablé con él cuando se lesionó para darle ánimos en una situación tan complicado. Estaba fuerte y positivo. Le felicitaré, claro, pero dejaré que pasen unos días porque ahora estará muy solicitado.
¿Cuándo tiempo le entrenó?
Fue una temporada solo [la 2007-08]. Era mi primera temporada en el Atlético de Madrid y también la suya, en el Infantil de primer año. Tuve la suerte de cogerlo yo. Fue una temporada buena, porque ese año lo ganamos todo y ya se veía por dónde iba su camino deportivo.
¿Tenía alguna figura más en aquel equipo?
Sí, Lucas Hernández.
Rodrigo ha dicho varias veces que usted fue clave para ponerle en esa posición de mediocentro, como pivote defensivo. ¿Qué cualidades le vio?
Son palabras que le agradezco mucho. Normalmente los primeros entrenadores que tienes te suelen marcar. Él tenía sobre todo una inteligencia muy grande y un sentido y un rigor táctico altísimos. Era un jugador al que con 11 o 12 años no hacía falta repetirle las cosas dos veces. Se las explicabas y él las entendía y te razonaba tácticamente. Yo tenía conversaciones profundas de táctica con él, con un niño de 12 años. Y luego tenía una gran facilidad para jugar. Técnicamente era muy bueno. Por aquel entonces él no había desarrollado cuerpo todavía, era más bien un jugador bajito. En el equipo había jugadores con más cuerpo, pero el sentido táctico que tenía del fútbol, la inteligencia y su calidad técnica hacían ver que si no le ocurría ninguna desgracia de lesiones que cortara su carrera iba a ser un jugador top. Y así lo tenía el Atlético de Madrid, como un jugador top.
Era un chico que no faltaba nunca a ningún entrenamiento. Entrenaba con un rigor brutal, algo que a mí me llamaba la atención, porque los niños van a jugar y a divertirse y él iba a entrenarse y a mejorar. Cada entrenamiento que él hacía en infantiles salía mejorando porque veías que no iba a correr y a entrenar, iba a mejorar. Era una cosa muy llamativa en un chaval de esa edad.
“En cada entrenamiento él no iba a correr y entrenar, iba a mejorar, era una cosa muy llamativa en un chaval de esa edad”
¿Hasta dónde le veía que podía llegar?
A lo máximo. Era un jugador muy diferencial en la categoría. Nunca sabes el camino que un jugador va a tomar, pero en esa edad era diferencial. Nosotros, además de la Liga en Madrid, salíamos a jugar torneos internacionales con equipos de altísimo nivel de toda Europa y era el mejor.
¿Y no se lo ‘quitaban’ para jugar con los mayores?
No, no. Porque José Mari Amorrortu, que era el director de cantera, ahí tenía un rigor y un trabajo muy bueno con las bases. Él lo que miraba es la formación del jugador y cada uno tenía que jugar donde tenía que jugar y él en eso no entraba. Tenía que quemar su etapa en Infantil y jugar allí. En ningún equipo te quitaban jugadores a no ser que el equipo de arriba necesitara algo porque no tenía efectivos y evidentemente tirabas de cadena. Pero cada jugador jugaba en su equipo y él era muy riguroso con eso. De hecho, de la etapa de Amorrortu salen Rodri, Lucas, Theo, Óliver Torres, Koke, De Gea, Saúl… Hubo un aluvión de jugadores brutales. Amorrortu es un gran formador de jugadores.
“Amorrortu es un gran formador de jugadores; de su etapa salen Rodri, Lucas, Theo, Óliver Torres, Koke, De Gea, Saúl… un aluvión de jugadores brutales”
¿Le decía que se fijara en algún jugador?
No recuerdo. A lo mejor alguna demarcación de pivote. Pero él tenía pasión por el fútbol y ya era muy observador.
¿Y ahora le dice a algún jugador suyo: “Oye, fíjate en esto que hace Rodri”?
Claro que sí, lo que pasa es que muchas de esas condiciones son innatas. Y Rodri, con la edad de un niño, sabía perfectamente lo que había que hacer, era muy inteligente.
“Sus padres en el entorno familiar y su agente en el profesional han sido vitales”
Han pasado 64 años sin que gane el premio un jugador español. Futbolistas de la talla de Raúl, Xavi o Iniesta no lo consiguieron. Eso dice mucho del nivel que ha alcanzado Rodri, ¿no?
Mucho. Y creo que algún otro jugador español lo podía haber conseguido. Con Rodri estamos hablando de un jugador que es el mejor pivote del mundo ahora mismo. Con 28 años todavía está en una edad buena. Aunque tiene una lesión grave, se va a recuperar sin ningún problema, porque estas lesiones son costosas pero al final los jugadores hoy en día salen bien. Es un jugador que ha ido creciendo, creciendo y creciendo… Practica un fútbol muy completo, ha sido muy influyente en los títulos del Manchester City y de la Selección española. Es mérito de él, evidentemente, por las condiciones innatas que tiene, por los valores que tiene como persona, como jugador… Conozco a sus padres y la educación que le han dado ha sido muy importante para que tuviera las ideas muy claras. Es algo que siempre me ha llamado la atención y he valorado. También ha tenido un papel muy importante su agente, Pablo Barquero, que ha sabido llevarlo bien, inculcarle valores y llevarle a los equipos oportunos en cada momento para que quemara sus etapas como jugador. Si tú no tienes condiciones y cualidades no puedes, pero sus padres en el entorno familiar y su agente en el entorno profesional han sido vitales.
¿Y ahora en el vestuario no le dicen: “¡Vaya joya que tuvo entre manos, míster!”?
Sí, siempre me dicen algo. Al haber sido su primer entrenador, me han hecho muchas entrevistas por él cuando ganó la Champions con el City, cuando ha sido campeón de Europa con la Selección… Y sí me lo comentan. Estoy muy orgulloso de haberlo entrenado. Y además es un jugador muy fácil de entrenar, porque los jugadores buenos, buenos son muy fáciles de entrenar.
Más recientemente entrenó en El Ejido a Bryan Zaragoza. ¿Cómo ve la proyección del jugador de Osasuna?
Lo cogí muy jovencito en Segunda B. Llegué en una situación muy complicada para salvar la categoría. Él estaba cedido por el Granada recién salido de edad juvenil y ya se le veían unas condiciones brutales de desborde y velocidad. La categoría de Segunda B era muy difícil para los jugadores jóvenes. Estaba sin jugar, yo empecé a ponerle y hacía estragos. En campos como en la Nueva Condomina y ante equipos como el Córdoba o el Recreativo salía y hacía destrozos con cambios de ritmo, con regates, con su velocidad… El Granada lo recupera y al año siguiente debuta en el fútbol profesional.
Y terminando con el día a día, este miércoles su Águilas recibe al Castellón en la Copa del Rey. ¿Cómo afrontan el partido?
Un partido bonito de Copa ante un rival que está en un momento de juego muy bueno y que practica un fútbol muy ofensivo. Nosotros la Copa la vamos a disfrutar, vamos a salir con todo para intentar dar la sorpresa. Es muy difícil, pero sabemos cómo es la Copa y aquí, con nuestro público, que el campo se pone a tope y la gente nos apoya mucho, vamos a intentar hacer un buen partido y a ver qué nos da la eliminatoria.