Reinier-Granada: fichaje caliente

Reinier jugará en el Granada. Una temporada, en Segunda División. Pero jugará, y ese es el denominador común de unas negociaciones que se han precipitado en la mañana de este jueves. Ayer Ancelotti fue breve, pero demoledor: “¿Qué le recomiendo? Un equipo en el que pueda mostrar sus calidades, nada más”. No era el Real Madrid, nunca lo ha sido: llegó en enero de 2020 a cambio de 30 millones y todavía no ha disputado ni un solo minuto con el primer equipo. Cero. Él quería intentarlo este verano... pero Carletto, desde el primer día, lo relegó al Castilla. Un nuevo jaque que le ha tenido todo el verano en la sombra y buscando una salida. A un día del cierre del mercado, la ha encontrado: Granada.

Será una cesión simple, sin opción de compra ni similares. Un préstamo hasta junio. Y su última oportunidad: acaba contrato con el Real Madrid en 2026, así que el verano que viene se presentará ante el dilema de renovar (para ello debe convencer) o salir traspasado (en Chamartín intentarían mitigar la inversionaza de 30 millones que se hizo). Reinier sabe que sí o sí debe explotar esta temporada. Su entorno transmite que, dentro de la desilusión de ver las puertas del Bernabéu cerradas, mantiene viva la ilusión de la redención. Que no rehuye su situación y, precisamente, lo que quiere es dar un golpe sobre la mesa. A sus 22 años, tendrá un curso en Los Cármenes, bajo las órdenes de Guillermo Abascal.

Una Segunda de Primeras

Reinier jugará en una de las Segundas más atractivas en muchos años: Depor, Málaga, Cádiz, Racing, Sporting, Oviedo o Real Zaragoza, entre tantos, abrillantan una plata con hemeroteca de oro. Una categoría durísima, un desafío. Porque la competencia en el Granada va a ser mucho más complicada de lo que, quien no siga la actualidad del club, pueda imaginarse: Boyé, Weismann, Sergio Ruiz, Gonzalo Villar o Jozwiak lideran un equipo que juega en próximo al 4-4-2. Abascal deberá decidir si dejarlo caer a una banda o que ocupe una de las dos plazas de arriba. En Los Cármenes lo reciben como agua de mayo, ante la inminente venta de Melendo.

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Cuarta cesión

Será la cuarta cesión en cuatro años. Aterrizó el 20 de enero de 2020 (justo cuando cumplió la mayoría de edad), previo pago de 30 millones al Flamengo. No se le vio para el primer equipo, así que comenzó su odisea de préstamos. Primero se pasó dos temporadas en Dortmund: en su primera sólo disputó 338′ (únicamente un partido como titular) y en la segunda, 400′, con tres de inicio. Balance total: un gol y una asistencia en dos años. De ahí al Girona, repitiendo la amargura de las sensaciones: 18 partidos... pero sólo 640 minutos. Es decir, cuando jugaba, salía en la segunda parte para 35′ de media. Aunque algo vio Míchel en él, que le llevó a pedir un nuevo préstamo, pero la salida de Oriol Romeu truncó los planes (obligó a buscar alguien más polivalente: Pablo Torre) y Reinier se quedó en el limbo.

El verano pasado se lo pasó entero trabajando en solitario en Valdebebas. Sin una mala cara, sin desplantes, sin faltar ni un día. Pero apartado del primer equipo (y de la gira a Estados Unidos). Y vivió algo muy parecido a este: hasta el último día de mercado no se cerró su salida al Frosinone, también en una cesión simple. En Italia sólo ha jugado 1.107′ oficiales, repartidos en 23 partidos. Es decir, de media, cada vez que entraba al campo, era para jugar 48 minutos. Sus tres goles y dos asistencias maquillan un año para olvidar: suplente en un equipo que descendió en la última jornada.

Resumen

El Madrid activó el Plan B

El Real Madrid ha trabajado este verano para cerrar un traspaso, pero sabedor de que era una operación casi imposible: el objetivo era recuperar, al menos, 10-15 millones. Y nadie ha ofrecido esa cifra por su contratación; ni tan siquiera se ha acercado. Así que a falta de menos de 48 horas para que se cierre el mercado, luz verde el Plan B: un nuevo préstamo... y ya se verá el próximo verano. Cuando, pese a no haber disputado aún ni un minuto con el primer equipo, encarará su último año de contrato. Tendrá que ser renovación o traspaso. Él quiere lo primero, tiene la espina del Madrid clavada. Para convencer, deberá demostrar. Y será en el Granada. El fichaje está prácticamente cerrado. Cuestión de flecos. De horas.