Reacción post Clásico: 15 de 15
Desde que perdió en el Bernabéu, ha ganado los cinco partidos de Liga: Villarreal (3-0), Athletic (4-0), Valencia (0-1), Almería (2-0) y Osasuna (1-2). El Barça se va líder y de subidón al parón.
La última imagen del Barça antes del parón del Mundial nos remite al vestuario de El Sadar, donde los jugadores celebraban eufóricos una victoria de Liga. Pero no era así. Resultó evidente que, para la plantilla, ganar a Osasuna después de una hora con un jugador menos, su estrella, fueron más que tres puntos. De ahí el subidón, que se unió a la confirmación de que el Barça se podrá ver líder en la foto de la clasificación durante un par de meses sin jugar. Misión cumplida.
El Barça ha girado una situación que asomaba peliaguda. La derrota en el Clásico el pasado 16 de octubre se unía a la doble decepción del entrenamiento contra el Inter. Eliminado de la Champions, la superioridad del Madrid, que ganó con suficiencia (3-1), una nube negra cubrió Can Barça. El entorno se veía lejísimos futbolísticamente de su eterno rival y el KO europeo agravaba la depresión. El calendario, además, tenía curvas: Villarreal, Athletic y Valencia en Mestalla. El parón de selecciones, que había traído lesiones (Araújo, Koundé, Bellerín, Memphis, De Jong…, luego Christensen en Milán) y derrotas, había semienterrado al Barça después de un inicio interesante de competición.
Cuando peor lo tenía, sin embargo, el equipo se repuso con cinco victorias en cinco partidos. Quince puntos con un balance de 12 goles a favor y uno en contra en los que el Barça no ha demostrado sólo una mejoría futbolística, sino también alma. Sacó el partido de Valencia con un gol de Lewandowski sobre la hora; y levantó el partido de El Sadar con diez jugadores y un gol también postrero, en el minuto 85′. Raphinha, el asistente del polaco en Mestalla, también fue decisivo contra Osasuna. Su gol desató la euforia en el vestuario, que se fue con un sabor de boca dulcísimo al parón y soñando otra vez con ganar algún gran título esta temporada que después del Bernabéu empezaba a pintar negrísima.