Ramón Terrats, un inicio con el pie izquierdo
El medio, una de las grandes incorporaciones del verano, no está teniendo ni la participación ni el rendimiento esperado


Algo pasa con Ramón Terrats. El centrocampista fue uno de los fichajes más importantes del verano en el plano deportivo y el más relevante en el emocional. Perico desde el día que nació, llegaba por fin a vestir por primera vez el club de su vida. Una historia feliz, de las que conectan con el aficionado y que todos en el Espanyol esperaban que fuera el inicio de un largo compromiso entre las partes. Pero, por el momento, las cosas no están saliendo como todos esperaban.
En los ocho partidos de Liga que llevamos hasta el momento Terrats solo ha sido titular en uno, el primero, y fue sustituido al descanso. A partir de ahí, su participación en el equipo ha ido decreciendo. 20 minutos en la jornada dos contra la Real, once ante Osasuna y cinco contra el Mallorca en los siguientes partidos. Desde la visita del equipo al Santiago Bernabéu, de hecho, su presencia en el césped ha sido testimonial: 10 minutos en cuatro partidos, jugando tres contra el Girona y siete ante el Betis.
Si algo ha caracterizado siempre a Manolo es mantener una férrea meritocracia, juega el que lo merece por esfuerzo y rendimiento, lo que le ha valido mucho crédito frente a sus jugadores. En otras palabras, nadie se siente injustamente tratado. Y, el rendimiento de Ramón, ha sido evidentemente decreciente. Por eso otros compañeros le han pasado por delante. Eso no implica que no pueda ni vaya a ser importante en un futuro, pero ahora está lejos de su mejor versión. El esquema táctico del equipo tampoco le favorece, pero el principal problema es su rendimiento.
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No hay nada que reprochar en cuanto a su trabajo ni su actitud, eso va por delante, pero es evidente que a Terrats no le está saliendo nada. En los minutos que juega pierde balones, recupera poco, y falla controles. Errores que no son propios de un jugador de su talla, que ya ha demostrado en Villarreal y Getafe que tiene el nivel para estar en Primera. El problema, al menos visto desde fuera, es mental. El jugador sufre una ansiedad, bloqueo mental o nerviosismo, todos los términos pueden utilizarse, que no le está ayudando. Se ha colgado a la espalda una responsabilidad que seguramente no le pertoca ni por edad ni por jerarquía, pero al fin y al cabo no todos los futbolistas cumplen el deseo de jugar en su equipo. Lo mejor de esta situación, sin embargo, es que solo puede ir a mejor.
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