Rakitic, corazón de líder
El croata comanda la mejoría sevillista y es decisivo en Nervión. Su rol toma peso con la confianza de Sampaoli y tiene una mayor presencia en ataque.
“Con todo el respeto al portero, pero era seguro que metía el penalti”. Fue rotundo Ivan Rakitic al definir sus sensaciones a la hora de lanzar un penalti que da aire y fe al Sevilla. Fue ahí un capitán en toda regla. Pero antes había sido ya sobre el césped el líder que Nervión esperaba. Cada balón parado fue suyo. Cada insistencia tuvo su sello. Nunca se escondió. Nunca tiró la toalla por mucho que los condicionantes entraran en escena desde el minuto uno. Y la victoria tiene mucha huella suya. Su corazón pretende despertar a Nervión a la caza de más ilusiones en una campaña que se tiñó de gris desde muy pronto. El croata levanta ahora la mano y quiere un sitio de privilegio en este proyecto que amenaza con rehacerse de la mano de Jorge Sampaoli.
Es precisamente la mano del técnico argentino la que permitió que la versión de juego de Rakitic tome más peso en este Sevilla. El centrocampista tiene más libertad y menos obligaciones tácticas. Presiona en tres cuartos y daña al rival con apariciones mucho más cercanas al área. “Estamos más vivos que nunca, tuvimos mucha intensidad y merecíamos la victoria. Lo hemos trabajado mucho. Tenemos que tirar hacia delante”, aseveró el jugador tras el encuentro. Fue el último en salir del césped y lo hizo encontrando un abrazo casi eterno con Monchi.
Sampaoli sabe que no basta con este envite de cierto brillo para salir de la situación deportiva repleta de dudas en la que entró el Sevilla. Pretende que otras piezas acompañen a Rakitic en este salto cualitativo del plantel que debía llegar en Nervión ante la evidencia de que los rendimientos estaban alejados de las expectativas. Se abre la puerta al mejor Rakitic, que marcó por segundo partido consecutivo y traslada el claro mensaje de que está de vuelta. Turno del colectivo para demostrar si esta victoria es una casualidad o el despertar del Sevilla amaga con ser una realidad.