Quique Wolff: “Entraba Bernabéu y todos puestos en pie”

Tal vez sea un caso único en el mundo. Enrique Ernesto Wolff Dos Santos (Buenos Aires, 1949) dejó huella como futbolista y como periodista. Fue un sobresaliente lateral derecho que destacó en equipos como Racing Club, River Plate y Real Madrid. Vistió en 32 ocasiones la camiseta albiceleste y alcanzó el honor de ser capitán con apenas 23 años. De abuelo alemán, abuela portuguesa y esposa española, Wolff, que sólo jugó en Las Palmas y Real Madrid fuera de su país, estudió, tras aparcar el balón, la carrera de Periodismo y se convirtió en un icono mediático en Argentina durante una larga época como narrador, comentarista y conductor de programas. Con 75 años, tras finalizar su etapa como célebre presentador de “Simplemente fútbol”, espacio emblemático de ESPN en el que entrevistó a figuras como Messi, Maradona y Zidane, ha decidido venir a España para visitar a parte de su familia y desempolvar viejos y gloriosos recuerdos del pasado.

¿Qué le trae por aquí?

Suelo venir cuando puedo. Mi esposa nació en A Coruña, aunque se fue a Argentina siendo pequeña, y uno de mis hijos, que vino al mundo en Madrid, vive en Mallorca con su familia. Solemos ir a las dos ciudades cuando venimos.

¿Ha aprovechado para conocer el nuevo Bernabéu?

Por supuesto. Era algo ineludible. Es increíble la transformación que ha sufrido, por dentro y por fuera. No sólo es una maravilla estéticamente, sino que la comodidad para los espectadores ha mejorado muchísimo.

¿Sintió nostalgia?

Sentí alegría de haber pertenecido a un club tan grande como el Madrid, en el que pasé dos años fantásticos y viví la enorme satisfacción de poder ganar dos ligas.

Se enfrentan sus dos equipos españoles…

Siempre habrá un hueco importante en mi corazón para ambos. Las Palmas apostó por mí cuando jugaba en Argentina y en Canarias pasé tres temporadas inolvidables en las que coincidí con grandes compañeros como Brindisi, Carnevali y Morete. Después me llamó el Madrid y pude continuar mi sueño español.

¿El interés del Madrid se lo transmitió Pirri durante un partido?

Así fue. Ocurrió en 1977, en un encuentro que jugábamos en casa y ganamos 4-2. Pirri se acercó y me dijo que le gustaría hablar conmigo porque el Madrid quería contratarme. Me sugirió incluso que saliese del campo rápido en el segundo tiempo (risas) para charlar con más tranquilidad. Me sorprendió y me enorgulleció a la vez. Me hizo fui feliz. Fue curioso. Inmediatamente fui a hablar con los directivos del club para decirles que no podía dejar escapar una oportunidad así y que en cierta medida iba a representar al club en la capital. Era una enorme ilusión para mí.

¿Antes de eso Cruyff le hizo la misma propuesta para irse al Barcelona?

Sí. Fue el año anterior. Había jugado varias veces frente a Johan y nos conocíamos de partidos en España y a nivel de selecciones. Sucedió también en nuestro campo. Me dijo que Las Palmas no quería venderme, pero que el Barcelona quería contar conmigo. Hablé con mi presidente y me dijo que no había nada concreto, pero yo sabía que sí porque fui en persona a recoger al aeropuerto al gerente del Barça y lo dejé en los aledaños del club para que fuese a negociar. El caso es que no me dejaron y al siguiente sí conseguí que me abriesen la puerta para ir al Madrid.

Llegó en el verano de 1977, junto a Stielike y Juanito…

¡Vaya dos jugadores! En cuanto llegué a Madrid me di cuenta del nivel de futbolistas que había porque estaban también Pirri, Del Bosque, Santillana, Camacho y muchos otros de un nivel muy alto.

Juanito, Camacho, Pirri, Goyo Benito, Stielike,…Todos tenían mucho carácter ¿quién era el líder de aquel equipo?

Todos tenían clara cuál era su función. Benito era pura raza, Camacho subía y bajaba sin parar, Santillana remataba todo por alto y Del Bosque dominaba el centro del campo, pero había que sacarse el sombrero con Pirri, por el alma que le ponía a todo, su liderazgo y los valores que representaba para el Madrid y que aún sigue haciendo como presidente de honor.

El presidente era Santiago Bernabéu ¿imponía mucho su presencia?

Le teníamos un respeto casi reverencial. Era una figura que impresionaba. Cuando llegué no lo conocí de primeras porque estaba ingresado en el hospital y no pintaba bien la cosa. El vicepresidente, Raimundo Saporta, no pudo viajar a Barcelona con nosotros para asistir al partido contra el Espanyol por si ocurría el fatal desenlace. Nos dijo “muchachos, lo mejor que pueden hacer por don Santiago es ganar. Será su mejor medicina”. Vencimos aquel partido y los siguientes y milagrosamente don Santiago empezó a sentirse mejor.

¿Qué recuerdo guarda con más afecto?

Su entrada al vestuario antes de los partidos. Entraba y todos nos poníamos de pie y en silencio en señal de respeto. Su magnetismo era brutal. Aquella temporada llevábamos siete puntos de ventaja, pero una gripe nos afectó a todos y la ventaja se redujo a dos antes del partido contra el Barcelona. Estábamos concentrados en Navacerrada, con nieve alrededor y él se presentó allí. Nos saludó a todos y nos dijo: “Muchachos, el que no tenga cojones que no juegue”. Y se fue. Todos nos quedamos mirándonos. Ganamos 4-0 al Barcelona y conquistamos aquella liga.

Sólo coincidió esa temporada con él…

Sí, porque tristemente nos dejó pronto. Recuerdo su sonrisa celebrando el título con nosotros. Yo me despedí de él antes de ir a Argentina para ver a la familia y presenciar el Mundial del 78, que se jugaba en mi país. Me dio un abrazo tremendamente emotivo, como si no fuésemos a vernos más. Y así fue. Don Santiago se marchó para siempre cuando apenas había comenzado la disputa el campeonato. Fue emocionante para mí conocer y tratar a alguien de tal magnitud.

¿Florentino Pérez ha llegado a su altura?

Lo tenía casi imposible, pero creo que lo ha conseguido. Es un hombre muy inteligente que va a dejar un legado para la eternidad. Valdebebas, el nuevo estadio, los fichajes, los títulos,…y además se ha rodeado de ex jugadores que han significado mucho para el club como Pirri, Butragueño, Roberto Carlos y otros. Es un presidente modélico.

Usted fue capitán de la albiceleste muy joven…

Fue un gran honor que me concedió un mito como Omar Sívori. Cuando me llamó para decírmelo, tras un entrenamiento, me quedé helado. Recuerdo sus palabras: “Un capitán no está sólo para llevar el brazalete sino para ejercer como tal en el campo y en el vestuario”. Me temblaban las piernas. Jamás olvidaré aquel instante.

Tras su etapa en el Madrid coincidió con Maradona en Argentinos Juniors…

Eso son palabras mayores. Él era muy joven, pero ya deslumbraba por su calidad. Era una delicia verlo jugar. A veces no venía a entrenar y yo le decía que no podía faltar porque los compañeros eran felices cuando él estaba a su lado. En ocasiones venía incluso con sus padres. Diego no me tuteaba, me trataba de usted por la diferencia de edad. Fue irrepetible.

¿Maradona o Messi?

No me haga elegir. No puedo. Esas comparaciones no me agradan. Messi ha sido el más grande de los últimos años igual que Diego lo fue en su época. A Lionel lo conozco desde muy chiquito y es un fenómeno. He tratado con él y con su familia y es un placer poder hacerlo. Ojalá pueda llegar hasta el próximo Mundial. Verlo en la cancha es un espectáculo.

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¿Qué le parece este nuevo Madrid con la llegada de Mbappé?

Tiene una plantilla realmente formidable, pero me gustaría echar la vista un poco atrás para elogiar la impresionante figura de Toni Kroos por todo lo que hizo y todo lo que le dio al club. Me saco el sombrero ante él por su forma de cuidar la pelota y porque apenas fallaba pases. Su dimensión es planetaria y el Madrid lo echará de menos. Me gustan Bellingham, Mbappé, Valverde y en general todo el equipo, pero tendrán que seguir luchando mucho para poder mantener la racha victoriosa. En el fútbol nadie regala nada. Tener a Ancelotti como capitán del barco es una garantía. Me encantan los técnicos como él, que son caballeros elegantes y no gesticulan ni hacen aspavientos durante los partidos. Es admirable su actitud.

¿En Argentina se tiene más aprecio al Barça que al Madrid porque Messi y Maradona jugaron allí?

En Argentina hay estima hacia los grandes equipos y los grandes jugadores. El Madrid también tuvo a Di Stéfano, que fue un genio. No lo vi jugar en directo nunca, pero por mi trabajo de periodista coincidí con él muchas veces y tuvimos largas charlas sobre fútbol. Somos privilegiados en mi país por haber disfrutado de leyendas tan grandes como don Alfredo, Diego o Lionel.

Usted siempre llamó al balón “la caprichosa” ¿por qué?

Porque la pelota hace casi siempre lo que quiere. Tú la puedes pegar de lujo y ella se marcha fuera o pega en el palo y en otra ocasión golpeas mal y te traza una comba extraña en el aire y se va dentro. De todas formas, hay que tratarla siempre bien porque así habrá más posibilidades de éxito.

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