Pulido Santana la lía en Mestalla
El colegiado canario se equivocó pitando una falta y no dejando seguir una acción que acabó en gol del Elche (el 2-3); Santana eclipsó con esa decisión a Cavani y Pere Milla, autores de dos goles cada uno.
Ni lo fue Edinson Cavani, que celebró sus dos primeros goles con el Valencia, ni tampoco Pere Milla, autor de los dos tantos en el reestreno en España de Jorge Almirón. El protagonista del partido en Mestalla fue Pulido Santana, que se equivocó pitando una falta de Yunus sobre Pere Milla cuando la norma y lógica dice que debería haber dejado seguir la acción, que acabó en gol con solo dos toques más del Elche: el centro de Eze Ponce y el remate de Nico Marcau. Mira si el gol llegó de seguido a la falta señalada, que muy pocos en Mestalla se percataron de que había pitado el colegiado antes. Se lio Santana, error que reconoció a los propios futbolistas ilicitanos, y dejó al Elche sin su primera victoria en Liga.
Quien se cruzó con Voro González por las entrañas de Mestalla antes de llegar a su butaca escuchaba un aviso: “No va a ser fácil”. Estaba claro que el mensaje de Gattuso, “me da miedo este partido”, había calado en el club. Y quien se conectase al partido a la media hora y viera que el Elche iba ganando por un gol de penalti de Pere Milla, bien pudiera atisbar que la tarde acabaría en pesadilla por Mestalla y que razón a sus temores no le faltaban al italiano, como acabó sucediendo.
En honor a la verdad, que el Elche se adelantara en el marcador fue causa de un error en la salida impropio de Mamardashvili, que dejó literalmente KO a Bigas con un derechazo a lo Tyson, y un ejemplo de lo injusto que a veces es el fútbol. Pere Milla marcó en el primer remate a portería de los ilicitanos y hasta se diría que tras la primera vez que cruzaron del centro del campo. Pero por eso también hace diferente al fútbol y de ahí los miedos de Gattuso.
El Valencia, antes y después de verse por detrás del marcador, dominó hasta el descanso el encuentro como debe hacer cuando juega en Mestalla y tan poco se veía en los últimos años. La propuesta de Gattuso, presión, intensidad, verticalidad y profundidad, arrolló de salida a la revolución de Jorge Almirón, que regresó a la Liga con defensa de cinco, falso 9 e introduciendo cinco caras nuevas con respecto al encuentro contra el Mallorca, entre ellas Pere Milla, que bastante hacía con rascar alguna falta con la que oxigenar a los suyos, que veían como el Valencia les realizó 10 remates antes del descanso, 7 antes del gol del Elche.
El Valencia crecía a partir de Nico, que tomó con criterio el mando en sustitución de Hugo Guillamón, y pisaba el área las más de las veces por la banda izquierda, la de José Luis Gayà. Precisamente por ahí vino el penalti de Josan, que arrasó por detrás al capitán aunque también llegara a tocar balón. Mestalla tenía claro quién quería que fuera en lanzador: “Cavani, Cavani, Cavani”. Y Cavani, a quien antes le había sacado Roco un balón bajo palos, hizo desde los once metros gol. El público presente en el estadio lo festejó como quien vive algo histórico, como diciendo “yo estaba ahí” cuando Cavani hizo el primero de los muchos goles que de él se esperan. Y no fue el único que celebró el uruguayo, que de cabeza mandó al balón de nuevo al fondo de la red el que fue el último toque antes de retirarse cada equipo a su vestuario.
La tarde, así, pintaba que podía llegar a ser plácida para el Valencia y con Cavani de protagonista estelar. Pero ni fue apacible ni Cavani el único actor principal. La influencia goleadora la compartió con Pere Milla, que firmó un doblete como el uruguayo, y en el resultado final, con Pulido Santana. El colegiado canario posiblemente privó al Elche de su primera victoria en Liga por su afán de señalar una falta de Yunus Musah a Pere Milla, cuando lo que Pulido Santana debería haber hecho es dejar seguir el juego, porque el balón le cayó a Eze Ponce, que centró de primeras Nico Marcau remató a gol. Pero el canario ya había señalado la falta y por lo tanto todo lo demás quedó invalidado. La incredulidad ilicitana era inversamente proporcional a la respiración de alivio de los blanquiengros, que parecían otro equipo al de la primera mitad.
Cavani se había quedado en el vestuario al descanso y sin él el equipo se descompuso. Ya le pasó al Valencia en Pamplona, donde sufrió una vez el uruguayo se retiró. Él tiene la experiencia que a la mayoría le falta y un liderazgo que va más allá de sus goles. Y así como el primer gol de Pere Milla pudo entenderse como algo fortuito, el segundo fue merecido. Al Elche se le veía mejor plantado en el césped, maniatando cada vez más a los de Gattuso, que por más cambios que realizaba no conseguía que los suyos impusieran de nuevo su juego. Almirón hizo fuerte a los suyos atrás y el punto sumado les ayuda a creer, aunque más lo harían si Pulido Santana hubiera dejado seguir la jugada.