Preocupación por Vinicius
Pese a que desde el club se le considera una “víctima”, crece la inquietud porque siempre esté en el ojo del huracán. Se trabaja en que se abstraiga de todo, de momento sin éxito
Vinicius lleva tiempo viviendo en las ascuas. Abrasándose lentamente entre lío y lío. Un escenario que, además de torcerle el morro, está afectando a su rendimiento. Y eso es lo que definitivamente ha encendido las alarmas en Chamartín: fuentes del club consultadas por este periódico ya reconocen que hay “preocupación” con el asunto. Una palabra que ha dejado de ser tabú. Porque hasta la fecha las declaraciones públicas habían sido grisáceas. “Hay que protegerlo”, se apuntaba, acompañado de un “debe centrarse sólo en el fútbol”. Pequeñas dosis de una intranquilidad que, en las últimas semanas, se ha disparado.
Porque Vini está tan hastiado, que ya salta con poco (es el que más tarjetas ha visto de todo el equipo, con 10). Un hecho escenificado en el Clásico: lance con De Jong y, tras ver la amarilla, su reacción se fue de las manos. Totalmente desmesurada, apuntando al rostro de Munuera Montero con el dedo y gritándole a centímetros (“¡Siempre lo mismo! ¡Tú! ¡Siempre lo mismo!”). Pudo ver la roja (de hecho, para Iturralde González, analista arbitral de AS, debió haberla visto). La sensación en el Real Madrid empieza a asemejarse a un déjà vu constante: otra vez una polémica y otra vez, Vinicius en el medio. Sea culpa suya o no, los líos siempre le salpican. Es por ello que la decisión pasa por intensificar la faena propia: corregir lo que, al menos, está en manos propias.
Que es evitar, por ejemplo, reacciones como las del Clásico. Gestos a la grada. En eso se va a centrar el club, en lograr que el futbolista desarrolle una coraza lo suficientemente gruesa como para que, incluso ante la peor de las provocaciones, sea capaz de mantenerse impasible, concentrando en el partido. Que se doctore en sangre fría. Entiende que no es sencillo y menos para un chaval de 22 años; pero es lo que, por la parte facultativa, puede hacerse. Reducir a cero cualquier amago de echar leña al fuego. “Al final la gente te coge manía”, dijo Pepe Reina, protagonista de uno de los últimos lances que han envuelto al brasileño.
Últimos partidos de Vinicius en España
| Competición | Partido | Hechos | ¿Amarilla? |
|---|---|---|---|
| Copa | Real Madrid 0 - Barcelona 1 | Protestas desmedidas a Munuera | Sí |
| Liga | Osasuna 0 - Real Madrid 2 | Insultos a Munuera y roce con Moi Gómez | Sí |
| Liga | Mallorca 1 - Real Madrid 0 | Racismo y roce con Raíllo | Sí |
| Liga | Real Madrid 2 - Valencia 0 | Durísima patada de Paulista | No |
| Copa | Real Madrid 3 - Atlético 1 | Muñeco colgado de un puente | Sí |
| Liga | Athletic 0 - Real Madrid 2 | Gesto a la grada (limpiándose el escudo) | Sí |
| Copa | Villarreal 2 - Real Madrid 3 | Lance con Reina | Sí |
Maremoto 2023
Porque antes del Mundial ya estaban los fogones calientes, pero después... se han puesto al rojo vivo. Nada más volver de la Supercopa, Vinicius vivió un episodio con Reina en pleno partido. El portero, entonces suplente, le dijo algo desde el banquillo y entró al trapo. Ancelotti, a la par, le rogaba que cesase: “Juega, juega”. Pero dio igual; no se contuvo. Exactamente las mismas palabras que le repitió días después, en la visita liguera a San Mamés. Vinicius, caliente tras recibir seis faltas y ser foco de los cánticos, hizo un gesto limpiándose el escudo. En sendos partidos, vio amarilla. A Carletto no le gustó ninguna de las dos reacciones.
Tampoco cuando poco después, en el derbi de Copa, pasó lo que pasó. Un partido marcado por aquel deplorable muñeco que, según la investigación de la Policía, colgaron de un puente -mínimo- seis miembros del Frente Atlético. El Bernabéu, ya en el partido, se volcó con su futbolista, que no vivió una noche más. Ya era imposible. “El amor siempre vencerá al odio”, escribió en sus redes sociales. Tal vez intentando calmar unas aguas que eran imposible de controlar. Porque en el siguiente partido... aquella patada salvaje de Gabriel Paulista. Otra vez el lío; otra vez con él.
Desde entonces el asunto ha ido a más. Lo que vino a continuación fue, probablemente, de lo más grave: insultos racistas de Son Moix (ya han cazado al responsable, un abonado de 20 años), un partido donde recibió diez faltas (récord). Pareció tocarse fondo; pero ni mucho menos. En Pamplona ni había empezado el partido y ya recibió insultos: durante el minuto de silencio. Poco después, quien explotó fue él: lance con Moi Gómez y, lo más considerable, cuando pareció dirigirse a Munuera Montero en unos términos inadmisibles. En estos dos partidos también fue amonestado. Y de ahí, a lo más reciente, la “roja perdonada” en el Clásico por protestar como lo hizo. Cada polémica que hay salpica a Vinicius. Se ha vuelto rutina. Y en el Madrid ya preocupa.