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LEGANÉS

Porozo aviva la ‘maldición’ del ‘4’

Desde el ascenso del Leganés a Primera División, la mayoría de sus portadores han fracasado o vivido situaciones rocambolescas: Yahia, Rolan, Diego Reyes, Abzi… Y ahora, Porozo.

26/08/24 PRESENTACION LEGANES JACKON POROZO
JAVIER GANDULDIARIO AS

Jackson Porozo ya es historia del Leganés. El central ecuatoriano abandonó España a finales de la semana pasada para, previa ruptura de su cesión desde el Troyes, aterrizar en el Jalisco mexicano. Su paso por Butarque ha sido tan efímero como escaso en minutos. No llegó a debutar en Liga y sólo disputó dos partidos de Copa ante el Ciudad de Lucena (2ª RFEF) y Estepona (1ª RFEF) para sumar 135′.

Ninguno de los dos encuentros los completó. Un recorrido tan errático que confirma la maldición del ‘4′, el que fue dorsal de Porozo y, llamativamente, hilo conductor de pepineros con trayectorias no muy afortunadas apenas portaron apenas portaron a la espalda este número que empieza a estar gafado. Poca broma en un mundo tan aplicado en abrazar las cábalas como el fútbol. Ésta, la del ‘4′ viene persiguiendo al Leganés desde el ascenso a Primera División.

De Adrián Marín a Erik Morán

En el estreno de la categoría el primer portador de este número fue Adrián Marín, canterano del Villarreal entonces cedido a Butarque y que tuvo que abrazar este dorsal porque Unai Bustinza decidió cambiarse del ‘2′ al ‘3′. El ex capitán pepinero creía que el ‘2′ le había traído mala suerte (la cábala de nuevo) el curso del ascenso a Primera, así que decidió pasarse a otro similar, lo que obligó a Marín, lateral izquierdo puro, a cogerse una alternativa que no era muy habitual para un jugador de su puesto.

El resultado: jugó con el ‘4′, pero en una campaña en la que no tuvo peso en los planes de Garitano. Poco a poco fue jugando cada vez menos. Incluso el Villarreal llegó a plantearse la opción de repescarlo en el mercado invernal vista su escasa presencia con los blanquiazules. En Liga sólo jugó 19 partidos y no superó los 1.000 minutos. Disputó 911.

En verano de 2017 se marchó de vuelta a Villarreal y Erik Morán heredó su dorsal. Tampoco le fue demasiado bien a este canterano del Athletic que pasó de ser un fijo en su retorno a Butarque, a no contar para Garitano ya con el ‘4′ a la espalda. En la primera mitad de temporada disputó sólo 228 minutos y en enero hizo las maletas para fichar por el AEK de Atenas. El ‘4′ maldito no le trajo suerte. Menos todavía para su siguiente dueño.

Adrián Marín trata de frenar a Pedro León ante el Eibar.
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Adrián Marín trata de frenar a Pedro León ante el Eibar.AGUILERADIARIO AS

Yahia, un ‘4′ de petrodólares

En el mercado invernal de 2018, fruto de un acuerdo multilateral de LaLiga con Arabia Saudí, un buen puñado de jugadores de este país aterrizaron en España en equipos de Primera y Segunda, la mayoría sin el visto bueno de sus entrenadores ni de sus direcciones deportivas, pero con el aval de importantes ingresos para los clubes interesados. Fue el caso del Leganés, que incorporó a Yahia Al-Shehri. Este mediocampista fuera de forma, sólo entrenó con el primer equipo. No jugó ni un partido amistoso y acabó marchándose sin minutos. En su espalda, el dorsal maldito, el ‘4′.

La temporada siguiente, la 2018-2019 tuvo de nuevo dos dueños. Y los dos salieron escaldados de Butarque. El primero fue el uruguayo Diego Rolan, un extremo con desborde (raro ver a un atacante con el ‘4′) que acabó teniendo serios problemas de rendimiento y con el entrenador. Se marchó en una tortuosa negociación durante el mercado invernal para dejarle su puesto al central mexicano Diego Reyes. También heredó el ‘4′ y, como manda la tradición en Butarque, acabó a la sombra y sin presencia. Resumen: Rolan jugó apenas 215 minutos en Liga y Diego Reyes, 321. La nada para sendas mitades de temporada.

Yahia en su presentación 'fantasma' con el Leganés. No le acompañó en su comparecencia ningún miembro del club.
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Yahia en su presentación 'fantasma' con el Leganés. No le acompañó en su comparecencia ningún miembro del club. JUAN AGUADODIARIO AS

De Omeruo a Abzi

Reyes también hizo las maletas en verano y al curso siguiente el ‘4′ fue de un solo futbolista: Kenneth Omeruo. El nigeriano había competido cedido por el Chelsea un año antes con buen rendimiento. Lo hizo portando el ‘24′. Pero apenas heredó el ‘4′, su juego bajó y en la temporada del descenso a Segunda, pese a ser un fijo, no tuvo buen rendimiento. Aun así, jugó 1.873 minutos en Liga. Más que sus predecesores con el dorsal ‘4′ y, desde luego, el jugador que más lustre le sacó, eso sí, sin rozar nunca la excelencia.

Lo mantuvo en el descenso a Segunda para jugar tres campañas más con él, claro que en la última lo hizo poco debido a las lesiones, el COVID y su presencia con Nigeria en la Copa África. Más currículum sospechoso para la maldición del ‘4′ que se volvió a hacer carne en el siguiente dueño del número en cuestión.

El curso pasado, en la temporada 2023-2024, su portador fue Abzi, un lateral izquierdo de nacionalidad canadiense y marroquí que, pese a su buen rendimiento en el Pau francés un curso antes (31 partidos, un gol, una asistencia) vivió a la sombra de Franquesa y su buen rendimiento previo le dio para apenas jugar migajas. En total, cinco encuentros.

A mitad de curso, el futbolista abandonó Madrid por problemas personales y no volvió hasta el partido del festejo del ascenso, en el que participó, pero vestido de calle. Este zaguero fue el último episodio de la maldición del ‘4′ a la que ahora Porozo ha puesto sólo un punto y aparte. El nuevo dueño de este número (si es que lo hay) tendrá una buena oportunidad para disiparlo y convertir un gafe en una oportunidad para rendir en la élite de Primera División.

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