BARCELONA
Piqué, de descartado a imprescindible
Xavi, que no contaba con él, obligado a agarrarse al central. Christensen se lesionó y, con Araújo KO y Koundé aún fuera, será titular en la ‘final’ ante el Inter y en el Clásico
“No ha olvidado el oficio de defensor. Un despeje de cabeza suyo mereció un aplauso”. Así resumía La Gazzetta dello Sport, en su análisis individual de los jugadores del Barça, los minutos de Gerard Piqué contra el Inter. Se hace extrañísimo ver al central peloteando con los suplentes, sin ese ritual de golpecitos que acompañaba de un disparo desde el centro del campo para terminar el calentamiento antes de retirarse al vestuario. Se le hace extraño hasta él, que se queda rezagado cuando van a empezar esos rondos de gente que empieza en el banquillo...
Pero el escenario está a punto de cambiar. Antes de lo que él mismo esperaba, Piqué va a recuperar la titularidad. Las lesiones de Araújo, Koundé y Christensen, que tiene un esguince en el tobillo izquierdo, le dejan como único central sano junto a Eric. Así que Piqué, que se sabía virtualmente sentenciado por Xavi y por un momento pensó que su situación no iba a cambiar, se ve ante la oportunidad de la temporada. Además, después de las derrotas ante Bayern e Inter, el técnico sabe que está en las manos de los jugadores. Entre ellos, Piqué. Una caída antes de tiempo en la Champions dejaría al técnico en una situación delicada. Para Piqué, un jugador que siempre ha disfrutado compitiendo y estando en la línea de fuego, el escenario le va a motivar. Es obvio que ya no tiene un físico exuberante, pero sí tablas. Y es un ganador. Si sale bien parado de este último baile, se cargará de razones para permitirse no acabar como suplente en su, tal vez, último año en el Barça. En el fondo, tiene su justicia poética.