Pepelu-Ugrinic-Almeida, un trivote a explotar
La influencia del portugués en el juego colectivo en el Metropolitano fue mayor con la presencia de dos ‘escoltas’.


El Valencia hizo suya la frase en el Metropolitano que dice: “Jugamos como nunca, perdimos como siempre”. A fin de cuenta es lo que vino a decir Carlos Corberán en la sala de prensa: “Me voy orgulloso por mis jugadores y jodido por el resultado”. En la situación clasificatoria en la que está el Valencia no hay consuelo a una derrota, aunque en el Metropolitano sí ve vieron brotes verdes en el juego colectivo a tener en cuenta.

Por encima de cualquier variación de sistema y rendimiento individual, la actitud colectiva, la de un equipo que en el Metropolitano supo sobreponerse a los contratiempos que le fueron surgiendo: desde el viaje con mascarillas hasta el gol de Coke o el gol anulado a Pepelu. Pero también se dieron unos matices tácticos en el partido de los que Carlos Corberán a buen seguro tomó nota.
El técnico apostó por una línea de tres atrás (Foulquier-Cömert-Copete), dos carrileros (Thierry y Vázquez), un trivote en la medular (Pepelu-Ugrinic-Almeida) y dos delanteros de perfiles diferentes (Diego López-Hugo Duro). Ese once, condicionado por las bajas, recordaba en el concepto de salida desde atrás al de la temporada pasada, cuando Foulquier se incrustaba como un tercer central junto a Mosquera y Tárrega. Foulquier, de hecho, contra el Atlético fue el tercer jugador que más veces intervino (74).
Dos carrileros y el trivote en la medular
Thierry y Vázquez cuajaron un buen partido en su labor de carrileros. Sólidos en labores defensivas (dos y cinco recuperaciones respectivamente) y con presencia constante en ataque (Thierry realizó cuatro centros, cuatro regates y 13 pases en el último tercio; Vázquez hizo dos centros, seis regates y 16 pases en el último tercio).
Todo ese entramado se sustentaba en el centro del campo con tres pilares: Pepelu, Ugrinic y Almeida. El portugués, como lo atestiguan los datos, se convirtió en la brújula del equipo, sintiéndose más liberado que en partidos anteriores con la presencia de sus dos ‘escoltas’. El suizo, hasta que las fuerzas le acompañaron, dio estabilidad y presencia en las inmediaciones del área (85,7% de éxito de pase y dos remates), mientras que Pepelu también aportó seguridad en la circulación (95,2% de pases con éxito). Y ellos dos colaboraron a que Almeida fuera el Almeida que necesita y por el que siempre ha apostado Carlos Corberán.

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Almeida fue el futbolista del Valencia que más veces intervino en el juego (82, solo Koke tocó más veces el balón, 84), completó 59 de los 63 pases que intentó (95,2%), 22 de ellos en el último tercio (91,7% de éxito, entre ellos el que dio a Lucas Beltrán en la acción del 1-1), generó dos ocasiones, realizó seis regates, cinco centros y recuperó cuatro balones (reflejo de que la presión funcionó).
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