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LAS PALMAS

Pejiño busca su sitio

El extremo sufre los rigores de la Primera División. No termina de asentarse en el equipo: apenas 94 minutos en las cuatro jornadas disputadas.

Las Palmas
Pejiño busca su sitio
David BorratEFE

La naturaleza ofensiva de Las Palmas le lleva, también en Primera División, a tener a muchos futbolistas en su frente de ataque. Tanto en el césped como en nómina, preferencia clara la de su cuerpo técnico a la hora de plantear los partidos, siempre pendiente de meter un gol más que el contrario que de recibir uno menos. Uno de sus mimbres más destacados en esa parcela ofensiva es el de Pejiño, del que se espera lo máximo, inabarcable su talento con la pelota pegada a la bota izquierda.

Sin embargo, el extremo de Barbate, que pasó por la cantera del Sevilla, está sufriendo como el que más los rigores y exigencias de la Primera División. Llegado a Las Palmas en el convulso verano de 2020, con los coletazos del confinamiento arañando el alma de medio mundo, Pejiño no termina de arrancar a gusto este cuarto año residiendo en Gran Canaria. Le quedan unos cuantos más: tiene contrato hasta 2026.

Ocurre que, en estas cuatro primeras jornadas del curso, todas las disputadas antes del actual parón de selecciones, el 24 de Las Palmas parece ofuscado, acaso librando su propia batalla contra una mente que no le deja abrir el cajón de su habilidad futbolística, siempre a punto de reventar de tantas cosas bonitas que lleva dentro. Quien parecía sobre el papel que iba a ser un futbolista determinante, mucho más tras haber dejado atrás tantos problemas físicos, continúa de momento buscando su sitio.

Pejiño busca su sitio
Pejiño

Ocurre que, en estas cuatro primeras jornadas de liga, Pejiño participó en tres, quedándose inédito contra el Mallorca en el partido del debut. Suplente en Mestalla y ante la Real Sociedad, compareció de inicio en Girona pero fue sustituido por Benito Ramírez en el minuto 56. Esto le ha valido para estar apenas 94 minutos sobre el césped.

Sea como fuere, le pesa a Las Palmas la poca producción ofensiva que está mostrando el futbolista de Barbate. Según datos ofrecidos por Opta, a Pejiño apenas se le contabilizan cuatro disparos hacia la portería rival, uno de sus fuertes especialmente desde fuera del área, como aquel que en Valencia le detuvo, sin mayor dificultad, Mamardashvili en el que fue además, y en el descuento, el único disparo de su equipo entre palos en todos el partido.

Duende.

Siempre fue conocido Pejiño por el duende que desprende a la hora de mecer la pelota con su bota izquierda, ni que tuviera un hilo invisible que le llevara engañar a propios y extraños a la hora de encarar. Tanto que a veces pareciera imposible quitarle el balón. Tampoco en esta faceta es que esté ofreciendo mejor cara. De hecho, apenas se le contabilizan tres regates en esos 94 minutos, solo uno de ellos completado con éxito.

En cualquier caso, sigue machacón con esas diagonales al corazón del área rival que tanto peligro generan. Así lo hizo aprovechando el hueco que le liberó Sory Kaba en Mallorca y que le permitió plantarse solo delante de Gazzaniga, marrando una clarísima ocasión de gol el pasado domingo. Su interpretación de le jugada fue perfecta, mas todo lo contrario sucedió con la definición. Ahora, sin jornada el fin de semana, le toca resetear cuerpo y mente. La competencia se le multiplica, pues al acecho del debut están Moleiro y Marvin Park, bien visto como extremo en el cuerpo técnico de Las Palmas. Toca ganarse el sitio.