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REAL MADRID

Pase lo que pase

El Real Madrid enfila el alirón tras sobrevivir a una plaga de roturas de cruzado, las tres bajas de Vinicius, un duro calendario y la ausencia de fichajes en enero...

El Real Madrid está cumpliendo, y de manera literal, ese mantra de contra todo y contra todos. El 4-0 al Girona de este sábado fue la culminación de una obra de superación colectiva. El club que ha sufrido una plaga de similitudes bíblicas con tres roturas de cruzado de futbolistas esenciales, otras tres bajas en su futbolista franquicia (Vinicius) y un hombro maltrecho en su crack recién llegado (Bellingham), que se ha encontrado sin centrales y que tampoco ha querido ir a por ninguno en el mercado de enero, tiene en febrero encarrilada la Liga.

Tradicionalmente, y donde otros equipos suelen implosionar víctimas del fatalismo, el Madrid se crece. Ancelotti ha conseguido con compromiso colectivo superar “el récord mundial de lesiones de centrales”, como él mismo definió, con su humor característico, el verse teniendo que emplear a Tchouameni y Carvajal como centrales contra el segundo clasificado de la Liga. Pues bien, Carvajal fue el que más balones robó y disparos bloqueó de la zaga blanca (seis, en total) y Tchouameni se convirtió en un escudo balístico para Lunin. En sus cuatro partidos en esa posición, el Madrid sólo recibió tres disparos. Todo, sin acudir al mercado de enero ni siquiera para recuperar a un Rafa Marín en el que se piensa... pero desde julio.

Tchouameni tuvo que ejercer de central contra el Girona y fue infranqueable por alto.
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Tchouameni tuvo que ejercer de central contra el Girona y fue infranqueable por alto. Daniel GonzalezEFE

El Madrid no ha sufrido el efecto mantita. No ha tenido que elegir qué taparse, porque las lesiones se le han acumulado en la retaguardia y también arriba. Las ausencias por lesión de Vinicius no han sido cosa baladí. Si en sus cuatro años anteriores en el Madrid nunca había sufrido una lesión muscular, este curso acumula dos (once partidos ausente)... y el no va más de la mala suerte, un problema cervical en el calentamiento previo a un derbi, el de hace ocho días. También se perdió el del Metropolitano de la primera vuelta. De seis puntos contra el gran rival de la ciudad, sólo uno al casillero blanco. No parece casualidad.

Tampoco que el Madrid haya demostrado que ni siquiera un Bellingham a un nivel más que mayúsculo (20 goles) le genera dependencia. En sus cinco ausencias (dos por su lesión en el hombro acaecida contra el Rayo, dos por descanso y una por sanción) el Madrid ni titubeó. Cinco triunfos con 15 goles a favor a cargo de seis madridistas diferentes (con Vini, con cuatro dianas, al frente). Un ataque en el uno de los recién llegados, Arda Güler, no pudo debutar -de nuevo, por las lesiones- hasta el pasado 6 de enero. Como dice Carletto, puro esfuerzo colectivo.

Vinicius y Bellingham, imparables.
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Vinicius y Bellingham, imparables. OSCAR DEL POZOAFP

Para el Madrid no ha sido un camino de rosas este liderato liguero. Basta con ver su calendario. Ya ha pasado por todos los campos teóricamente más complicados (San Mamés, Metropolitano, Montjuïc, Montilivi, el Villamarín, el Pizjuán...) y sólo perdió en el Cívitas. Un Madrid que factura dentro y fuera. Le quedan Vallecas, Valencia, Pamplona, Mallorca, Granada, Vila-Real y el que parece único gran escollo, el viaje a San Sebastián (28 de abril).

A la Champions con una sonrisa

Los deberes casi hechos en Liga dan paso ahora a la competición donde el Madrid se mueve como pez en el agua. Una Champions League 2023-24 en la que tampoco le afectó tanto vaivén en la enfermería. Pleno de triunfos en la fase de grupos y este martes, el Leipzig, con la fe aún más en alto porque volverá Nacho tras tener que parar sí o sí contra el Girona por unas molestias musculares con la que corría riesgo de rotura. Ancelotti tendrá para el asalto europeo al menos un central puro para la ida en Alemania. Aunque este Madrid, pase lo que pase y visto lo visto, funciona.