Paredes: “Trato de aprender de Iñigo Martínez”
La posible marcha del ondarrutarra le afecta: “Influirme, seguro. Es un central top”, lanza sincero, evadido de la presión de jugar ante el Girona. “Lo llevo con normalidad”.
La sanción federativa de Vivian, con Yeray en capilla producto del envite del Metropolitano obliga a Valverde a la permuta en el eje central. Aitor Paredes suplirá al central vitoriano este domingo (14 h.) ante el Girona en La Catedral. Esta semana la ha afrontado con tranquilidad, sin presión externa: “Tengo la suerte que mi familia no me da mucho la chapa con el fútbol. Los amigos tienen ganas de verme. Fuera de Lezama me gusta hablar poco de fútbol. Lo llevamos con normalidad”, señala. Trata de evadirse “cuidándose”, compartiendo tiempo “con los amigos” y viendo “deporte americano”, del que se considera un friki y del que se retroalimenta con algún otro compañero del vestuario.
El central de Arrigorriaga ya demostró su fiabilidad ante el Real Madrid, saltó unos minutos ante el Valencia, y se rodó en los últimos compases de la cita ante el Atlético. Iñigo Martínez podrá colarse en la lista tras ya entrenarse estos días en el grupo con normalidad y domar la latosa fascitis plantar. Todavía necesita ponerse en forma para volver a su puesto habitual. Es competencia directa del joven central de Arrigorriaga: “Influirme, seguro. Iñigo es un central top, internacional. Trato de aprender de él y lo que pase en el futuro no depende de mí”, se sincera sobre la posible marcha en junio del ondarrutarra. Apunta a ser su sucesor.
Paredes aterrizó en Lezama con 10 años. El techo significa alcanzar el primer equipo: “Me he encontrado un vestuario que te abre los brazos, es un gusto hacerlo con este grupo y no esperaba menos. Ojalá que pueda estar muchos años”, lanza. Con Yeray será titular ante el Girona, con el Real Madrid se puso en línea con Yeray. Diferente para acoplarse: “Son jugadores muy distintos, hay que adaptarse, los dos son centrales top, te apoyan, te lo hacen más fácil”, señala. Paredes meditó en verano salir cedido en busca de más minutos, pero notó la complicidad de Valverde: “El pretemporada estuvo en duda, pero el míster me transmitió la confianza y ya no quise ni pensar en salir. Quería ver cómo es un vestuario de Primera División por dentro. Contento con esta decisión, ojalá pueda seguir mejorando”.
Se gradúa ante un Girona del que no se fía en San Mamés: “Es un equipo muy fuerte, hay que respetarle y ya veremos lo que pasa en El Sadar. Los puestos europeos están caros y no podemos perdonar ni un punto en casa”, remarca antes de la semifinal de Copa ante Osasuna.