Óscar Valentín: “Al centenario le pido algo guay en la Copa”
El capitán del Rayo es un pilar para Iñigo Pérez. Ha hecho pleno de titularidades. Él aporta equilibrio a la medular. Es el Koke de la Franja.
Sin hacer apenas ruido, Óscar Valentín (Ajofrín, Toledo, 1994) se ha convertido en un peso pesado del vestuario rayista por su trabajo y su carisma. Durante los partidos, se hace omnipresente en la medular y su crecimiento en Primera resulta imparable. Así, a la chita callando, se ha colgado la vitola de imprescindible en esta plantilla. Está acostumbrado a currar para ganarse las cosas. Él escogió el camino más largo hacia la élite y no cambiaría nada. Gracias al barro de Tercera forjó su carácter y aprendió a valorar más cada momento. Ahora vive el centenario como capitán de la Franja —esa que extraña atravesándole el pecho— y siempre da su sitio a Trejo. Su predecesor e inspiración. Este año el brazalete se lo repartirá con Isi, Álvaro y Balliu y también la responsabilidad de representar a un barrio y a una afición con los que se siente identificado. Óscar es un obrero del fútbol y un curioso de la vida. Ávido lector ha pasado de profesor a presidente en el vestuario por sus continuas opiniones, a las que acompaña con una broma y una sonrisa. A él que le gusta la historia, por eso no olvida la suya ni la del Rayo. Ahí radica su esencia. Esa que respiró a las órdenes de Diego Merino en el filial. Por entonces, el centrocampista no se imaginaba lo que estaba por llegar... Que él sostenga el timón de Santa Inés en el viaje del siglo.
—¿Qué análisis hace del rival? El Atleti este año está especialmente bien...
—El Atleti siempre está bien, ya lo demostró aquí la temporada anterior. Veníamos de ganar dos partidos y luego nos llevamos el duro golpe del 0-7. Ahora lo afrontamos con muchas ganas y corrigiendo los errores del pasado. El Atleti es un equipazo. Lo veo mucho más fino con balón, con más precisión, movilidad y mordiente. Será un partido difícil de contrarrestar, pero tenemos nuestras armas.
—¿Cuál es su mayor peligro?
—Quien marca la diferencia es Griezmann. Es el que siempre está en situaciones complicadas para defender, el más inteligente, sabe jugar a uno o dos toques, con llegada, con asistencia... Es el más completo que tienen y uno de los mejores del mundo.
—Hábleme de Koke...
—Le sigo desde pequeñito porque es un referente en mi posición. Se trata de un jugador muy completo, que te da esa referencia de pivote que nos gusta a los mediocentros y es el alma del equipo. El capitán, que hace que el equipo juegue al ritmo que quiere.
—El Atlético ha recuperado sus símbolos del pasado. Ha recuperado su antiguo escudo. ¿Qué importancia tiene la historia y los símbolos en un club?
—Mucha. La afición no se veía representada con ese escudo y ha conseguido recuperar el antiguo a través de la lucha, de insistir y de años y años recogiendo firmas. Ha sido un trabajo espectacular de la hinchada rojiblanca para recuperar esos principios y sentir que cuenta.
—¿Echan de menos un símbolo como la franja en la camiseta? Sería como ver ahora a un Atleti sin rayas...
—Sí, totalmente. Se echa mucho de menos. Estos últimos años, con la sustitución de la franja por el rayo, hemos perdido un poco esa esencia. Me acuerdo de mi primer año aquí, que las tres equipaciones tenían los tres escudos con la franja. El centenario era una buena oportunidad para reflejar toda la historia en una camiseta. El presidente ha tomado esa decisión, más moderna, que tampoco ha recibido el feedback que quería.
“Este Atleti es más fino con la pelota y Griezmann, diferencial”
—Hablando del centenario... ¿Qué se siente siendo el capitán en un año tan especial?
—Todos sabemos quién debería ser el capitán del centenario, pero me ha tocado a mí y es un orgullo. Aunque hay otro jugador que se merece ser el capitán y que, para nosotros, lo es. Él debería llevarse todo el mérito.
—¡Trejo!
—Representa a la perfección a la plantilla y lo que es el Rayo y el barrio. Siempre lo ha hecho. Llevo seis temporadas con él y qué mejor ejemplo para aprender y crecer como capitán. Intento absorber todo lo bueno que tiene.
—¿Qué significa ser capitán del Rayo y qué implica?
—Conlleva una responsabilidad, no sólo dentro del campo, sino también fuera. Debes saber qué brazalete estás llevando, que no es el de un equipo cualquiera y también representas a un barrio y a una afición. Somos el nexo de unión entre la gente, el club y la plantilla, por eso siempre intentamos buscar el equilibrio. Hay cosas que se pueden hacer mucho mejor, pero creo que la afición está contenta con nosotros. Somos un vestuario muy cercano y esa es una de las claves del éxito.
—A Isi y a usted los vemos en muchos actos de las peñas. ¿Qué papel tiene la afición en el Rayo?
—Es el mayor valor que tiene el club. Sin la gente, el Rayo no sería nada. Los actos y las labores que hace la afición, fuera de lo deportivo, son muy importantes y nosotros lo sabemos. Por eso, siempre intentamos ayudar. Totalmente. Somos una familia. Esa cercanía hace muy especial este club.
—Isi y Camello han sido pregoneros de las fiestas de Vallecas este año... ¿Óscar para cuándo?
—Es algo que me haría ilusión, pero primero tengo que cumplir con mi pueblo: Ajofrín (Toledo). Me lo llevan pidiendo muchos años, pero nunca cuadran las fiestas con la jornada. Allí es donde he crecido, donde he dado mis primeras patadas al balón en el descampado y donde me gustaría dar el primer pregón, luego en Vallecas también.
—De momento, el campo de fútbol ya lleva su nombre.
—Sí, se lo pusieron hace un par de años. Yo no jugaba ahí porque, cuando era pequeño, el club no existía. Me tenía que ir a Sonseca, el pueblo de al lado, para poder jugar al fútbol. Kike Pérez estaba en el mismo equipo que yo, pero en diferente categoría.
—Si llega el momento del pregón en Vallecas, ¿qué destacaría?
—Intentaría comparar cómo soy yo y lo que me ha costado llegar a Primera con lo que representa este barrio, donde toca levantarse todos los días para ir a trabajar y esforzarse para conseguir las cosas. También lo refleja este equipo en el campo. Para ganar hay que sufrir y pelear. Es la esencia del Rayo y de la afición.
—¿Se siente un currante del fútbol?
—Totalmente. Ya llevo las mismas temporadas en Primera (esta es la cuarta) que en Tercera. Todavía soy un currante y, sobre todo, no me olvido de lo que ha costado y de dónde vengo. Somos chicos normales que jugamos al fútbol. En el vestuario no hay ningún ego, no hay nadie por encima de nadie, nadie se cree una estrella. Esa es la clave de que las cosas funcionen.
—Decía Camello que tenía mucho mérito ver en la élite a jugadores como usted, que no han pasado por canteras... Su explosión llegó en el Rayo Majadahonda, ¿cómo lo recuerda?
—Siempre recordaré el ascenso a Segunda en el 97′ porque me cambió la vida. No criarme en un filial me hizo madurar antes, porque en el barro de Tercera te curtes y aprendes muchas cosas. Estoy muy orgulloso de cómo he ido creciendo y superando dificultades hasta llegar a Primera.
—¿Cambiaría algo?
—Nada. Alguna vez lo hemos hablado en el vestuario y yo estoy muy contento. Obviamente dices, pues ojalá haber debutado con 18 años en Primera y haber hecho toda mi carrera ahí, pero la mía me ha dado una serie de valores que me han servido mucho. Por eso, no cambiaría absolutamente nada. También he conocido a grandísimas personas en vestuarios de Tercera. He tenido compañeros que venían de trabajar sus ocho horas y entrenábamos por la tarde. Eso me ha hecho valorar que puedo vivir del fútbol y dónde estoy.
—¿Y cómo ha vivido el vestuario la llegada de James?
—James es una persona muy humilde, como Falcao, que sabe dónde viene y viene a aportar, no con ese rol de estrella. Por la persona que es tiene mucha repercusión, pero aquí va a ser uno más. La acogida ha sido buena, está muy contento. Y esperemos que sume mucho dentro y fuera del campo.
“James es muy humilde, como Falcao. La acogida ha sido buena y está muy contento”
—¿A qué se puede aspirar esta temporada?
—Cada año en Primera es un regalo para el Rayo. Debemos disfrutar de esta etapa. Somos humildes, sabemos que la permanencia es nuestro objetivo y ojalá soñar con algo más, como meterse en Europa, pero tenemos los pies en el suelo.
—¿Qué deseo pediría para esta temporada del centenario?
—A nivel deportivo, meternos en puestos europeos. Incluso hacer algo guay en Copa del Rey, que la gente lo disfruta un montón. Y a nivel extradeportivo, que se intente cuidar el estadio que tenemos y a la afición.
—El pasado partido hubo un sector del público que rechazó la entrada de Aridane al campo para ver el debut de James, algo que también se reflejó en redes sociales. ¿Cómo se gestionan las críticas?
—La crítica es algo con lo que tenemos que convivir. Yo siempre he destacado algo de la afición del Rayo y es que aquí, juegues bien o mal, va a muerte contigo. Lo único que te pide es que lo des todo en el campo. Estos últimos años se ha mezclado la gente de verdad del Rayo con otra a la que le atrae que esté en Primera. Los de siempre te apoyan. Hemos perdido 0-7 en casa y nos han aplaudido. Hemos salido fuera y nos han animado. Eso es de admirar, porque otras hinchadas no lo tienen, y hay que cuidarlo. Recuerdo esa pancarta de Aquí se viene a animar al Rayo, no a verlo ganar. No quiere decir que el jugador tenga menos presión aquí, sino que saber que la gente está contigo te da mucha más fuerza.
—¿Cómo es Iñigo Pérez como entrenador y qué hay de Iraola en él?
—Iñigo vino con la ventaja de que nos conocía como jugadores y como personas. Ha pasado de ser un segundo entrenador cercano, al que le contabas tus problemas, a ser el entrenador. Él habla mucho de no sobrepasar la línea roja. El equipo está cumpliendo con lo que nos pide, con esa exigencia tanto entrenando como en los partidos. Mantiene la esencia de Iraola, pero tiene su propia personalidad.
—¿Han pasado de llamarle profesor a presidente?
—(Risas) Son coñas del vestuario. Lo de profesor ya pasó... Algunos me llaman dictador también porque dicen que siempre tiene que ser lo que yo diga, pero es mentira. Soy súper razonable. Camello e Isi empiezan siempre las bromas.
—¿Pero sigue en plan todólogo?
—Hablo de cualquier cosa y de cualquier tema. Si se habla de algo y yo salto... ya está la coña. Lo que leo lo suelo comentar en el vestuario. Me acabo de leer el libro Cómo interpretar tus sueños (Ediciones Obelisco, 2011) y antes me dio por la neurociencia, los masones... Soy curioso. Me gusta leer cosas diferentes.
—Recomiéndeme un libro.
—Voy a empezar Vivir es un asunto urgente (B de Bolsillo, 2022) del doctor Mario Alonso Puig.
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