Óscar Plano: “Tenemos que ser fieles a nuestro estilo”
El mediapunta apela al trabajo como clave del éxito del Real Valladolid y de su situación personal.
Óscar Plano se convirtió el pasado fin de semana en el hombre bicentenario. El mediapunta alcanzó los 200 partidos con la camiseta del Real Valladolid y lo hizo con gol, volviendo a ser importante, como, por momentos, lo es con cada técnico desde su llegada a Zorrilla. “Por hache o por be, siempre confían en mí; haré cosas bien para ello. Intento hacer mi trabajo y ayudar al equipo lo máximo posible”, explicó, fijando en “la base del éxito” en el trabajo.
Así lo reiteró en varias ocasiones en rueda de prensa este miércoles, apelando también a cumplir con lo que les exige Pacheta “venga quien venga”. “Tenemos que ser fieles a nuestro estilo y a nuestra manera de ver el fútbol. Nunca dejaremos de ser nosotros mismos: es la base de estar ascendido y de estar haciendo buenos partidos”, considera, y, a su juicio, será la misma para ponerle “las cosas difíciles” al Betis, rival que visita Zorrilla el domingo.
En opinión de Plano, como cada vez que se suman tres puntos, “la semana es más llevadera” y el equipo está “mentalizado” de que tiene que seguir “en este línea” de trabajo “muy buena”, que, en lo personal, parece pasar más por actuar en el costado izquierdo. “Intento ayudar donde de me ponga el míster y estoy contento con todos los minutos que me dé, aseveró el atacante, restando importancia a la posición en la que actúe.
Centrado en el presente
Óscar Plano afronta en la presente su sexta temporada como blanquivioleta y la última de su actual contrato, por el que se le preguntó en reiteradas ocasiones. Reconoció que todavía no ha habido conversaciones para su renovación, pero también que este es el lugar donde quiere estar. “Esta ha sido y está siendo mi casa, mis hijos han nacido aquí, tengo grandes amigos y mucho cariño a esta ciudad, pero sé que los contratos se renuevan por rendimientos. A hacer mi trabajo y ya se verá”, dijo, dejando la cuestión en el aire.
El atacante no ocultó que viene del que “puede ser el año más complicado a nivel emocional”, un curso pasado en el que se metió “una presión extra” al sentirse responsable del descenso, algo a lo que se le sumó la lesión que padeció en las postrimerías de la campaña. “Me costó un poco y la mesión, mentalmente, no ayudó en nada, pero gracias a los grandes profesionales que tenemos y a mi familia salí adelante”, expuso, ya más liberado “con el objetivo cumplido” de haber vuelto a Primera División, categoría de la que intenta “disfrutar al máximo, juegue o no”.
Este disfrute no está exento de responsabilidad, ya que la sigue sintiendo para “tener al equipo donde todos queremos”. “Con Masip y Anuar, soy de los que más tiempo lleva y la imagen del vestuario. Intntentamos transmitir ilusión a los chicos que vienen de abajo. Todos queremos que el Real Valladolid esté en Primera muchos años”, ponderó, al tiempo que valoró a Anuar, ahora lesionado, pero cuarto capitán en sustitución de Toni Villa, como “uno de los que mejor pueden llevar el escudo adelante”, habida cuenta de sus muchos años aquí.