Orta: se fue Monchi, pero el ‘Monchismo’ pervive en el Sevilla
El madrileño, discípulo del gaditano, apunta a sustituirle en Nervión. Trabajaron juntos 7 años. El Leeds, última aventura del próximo director deportivo sevillista.
Terminó un largo fin de semana de llamadas, negociaciones, ofertas y contraofertas en la planta noble del Sánchez-Pizjuán desde que el Sevilla anunciara oficialmente, el pasado viernes, que Monchi se marchaba por segunda vez del club, esta vez en dirección a Birmingham. La idea inicial del presidente José Castro y del vice Del Nido Carrasco consistía en romper todos los lazos sentimentales con mucho más que un director deportivo, un semidiós: el arquitecto e ídolo culpable y reconocible de esta era de prodigios blanquirrojos y sus 7 Europa Leagues. Braulio Vázquez primero y David Cobeño después habían sido los elegidos para esta transición sin puentes, aunque desde el Sevilla se les exigía aprovechar tanto el equipo de trabajo (Fernando Navarro y Emilio de Dios) como sobre todo la infraestructura de Inteligencia Artificial construida por Monchi durante los últimos tiempos. Pero a Braulio no le convencieron las condiciones y a Cobeño no le permitieron desligarse del Rayo por una cifra razonable. Así qué el Sevilla recurrió al tercer candidato, un nombre que en realidad había permanecido latente y para muchos es el ideal, aunque signifique lo contrario que exterminar el pasado más inmediato: Víctor Orta. Si no ocurre nada raro, y no es descartable, el madrileño llega este martes a Sevilla para firmar tres temporadas. Discípulo, admirador y buen amigo de Monchi, Orta provocará que en Nervión perviva el Monchismo. Para bien y/o para mal.
Por sus palabras le conocerán: “Tuve la suerte de aprender del mejor, que es Monchi. Pude estar siete años al lado del número uno. Fue un máster de fútbol diario para mí, aprendí todo lo que sé y se lo debo todo. Viví unos años gloriosos en el Sevilla Fútbol Club que hicieron de mí lo que soy”, no tuvo reparos en afirmar Víctor sobre su referencia profesional, nada más llegar al Leeds, en 2017.
Tras una breve experiencia como director deportivo en el Valladolid, del que por cierto se marchó nada más dejar fichado a José Luis Mendilibar, Orta (Madrid, 1978) trabajó y aprendió con Monchi durante siete años (2006-2013), como secretario técnico sevillista. Tras elegir a hombres como Diego Perotti o Fazio, e intentar traer al filial a un jovencísimo Paulo Dybala, Víctor comenzó a volar solo en el Zenit de San Petersburgo, el Elche, el Middlesbrough y en el Leeds, al que retornó a la Premier junto a Marcelo Bielsa la temporada pasada, después de muchos años de travesía por el infierno. Hace unas semanas, poco antes de consumarse el regreso a la Championship, Orta abandonaba el club inglés.
Y era libre, justo antes de conocer (aunque ya se sospechaba) que su gran mentor le dejaría su sitio en el Sevilla. Orta llega a una entidad en la que tiene amigos pero también, dado un carácter volcánico que deben de haber matizado los años y la experiencia, alguna gente que recela de él. Aterriza en un sitio donde se ficha mirando las estadísticas, algo que a le encanta, igual que a Monchi. A finales de abril, de hecho, maestro y discípulo compartieron sus clases magistrales durante unas jornadas sobre Big Data celebradas en la capital hispalense.
Si “los amigos de mis amigos son mis amigos”, que cantaba (más o menos) Objetivo Birmania, el nuevo director deportivo no tendrá problemas para sintonizar automáticamente con Navarro y De Dios, hombres a los que Monchi traspasó los bártulos y que ahora deberán complementar y rendir cuentas al nuevo jefe. La transición, en este sentido, será quizá más rápida y menos traumática para aprovechar mejor el trabajo que gracias a la Inteligencia Artificial había emprendido el antecesor que se marchó a Inglaterra. Con el central argentino Gattoni y el lateral catalán Pedrosa ya fichados, y algún jugador más con el que hay negociaciones avanzadas, Orta mirará al mercado mediante ojos parecidos a los de Monchi: el verano pasado, por ejemplo, se fijaron ambos en el mismo pivote, el norteamericano Tyler Adams. La mayor capacidad económica del Leeds provocó que Adams se marchara a Ia Premier y ahora, con el descenso, Tyler vuelve a convertirse en objetivo de muchos otros clubes. Curiosamente, la Prensa inglesa desvela esta semana que entre esos interesados se encontrarían de nuevo el Sevilla (¿Monchi?) y el Aston Villa (¿Monchi, otra vez). Omnipresente, el gaditano se marchó pero deja sin pretenderlo a Orta, casi un clon de sí mismo, que decidirá a partir de ahora sobre los fichajes en Nervión.